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El gobernador repasa los aciertos y desaciertos de la respuesta a María

gobernador Puerto Rico

El gobernador Ricardo Rosselló Nevares es consciente de la insatisfacción de muchos puertorriqueños con la manera en que las autoridades estatales y federales manejaron la emergencia provocada por el huracán María, especialmente entre aquellos que sufrieron la lentitud en el restablecimiento del servicio eléctrico y los que todavía no tienen un techo seguro.

A un año del paso del ciclón, todavía el 30% de los semáforos permanecen sin ser reparados, muchas de las líneas que dan redundancia a la red eléctrica siguen averiadas y alrededor de 60,000 viviendas no tienen un techo seguro y continúan con los toldos azules que con el tiempo se deterioran.

Algunas de las razones para los retrasos han sido denunciadas por el primer ejecutivo sin que todavía se produzcan mayores cambios. Al evaluar la recuperación tras uno de los huracanes más destructivos y mortíferos que ha pasado por esta parte del Caribe, el gobernador habló a El Nuevo Día de la burocracia excesiva en la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), el flujo de fondos de estabilización a cuenta gotas y la lentitud de los seguros privados, entre otros asuntos.

A pesar de estas dificultades, Rosselló Nevares se muestra esperanzado. Los fondos federales que se anticipan para la isla pondrán de nuevo la economía a terreno positivo, mientras varias iniciativas, como la reforma al sistema energético -una de las principales apuestas de su administración- comenzarán a desarrollarse.

¿Dónde pensaba que íbamos a estar a un año del huracán y dónde estamos?

—Cuando el huracán estaba pasando por Puerto Rico, yo sabía que iba a ser algo sin precedentes. Unos cuantos días antes, si miras los reportajes de noticias, nosotros estábamos alertando de que sería algo devastador donde anticipábamos un colapso de una serie de infraestructura crítica y donde podría tomar tiempo significativo para restaurar. Dicho eso, pues obviamente hay una varianza entre las cosas que yo esperaría que estuviesen más rápido.

Sin duda alguna, yo hubiese esperado que el sistema de energía eléctrica estuviese al 100% mucho antes de lo que lo logramos. De la misma forma, para este tiempo, yo hubiese esperado que todos o la gran mayoría de los que hubiesen perdido techo, al menos, tuviesen un “blue tarp” (toldo azul) o que hubiese empezado el proceso de reconstrucción. También que tuviéramos más trabajos permanentes de FEMA allá afuera. Eso ha sido más lento que lo tradicional.

Mencionó que hubiese querido más techos azules a esta altura… ¿todavía hay casas que no tienen?

—Hay 60,000 hogares todavía sin techo. Creo que había otra cifra adicional. Hacen falta. El diseño del toldo azul es temporero y no permanente, así que, si a alguien le pusieron ese techo un mes después del huracán, ya deben estar fallando, y esa familia va a estar en necesidad de un reemplazo.

¿Por qué la reparación de los semáforos ha demorado tanto?

—Hay dos razones. Los que estaban dañados, pues había una baja severa después de los huracanes Harvey e Irma porque hubo mucho consumo de estos equipos en los condados de Texas y Florida, que limitaron los suministros de los semáforos. Mientras todo esto estaba pasando, se estaba energizando a Puerto Rico y había unas intersecciones que no se estaban energizando. Esos son dos de los factores principales. Es algo prioritario. Hemos buscado alternativas de productores (de semáforos) y tener equipo provisional para aumentar la seguridad en estas intersecciones.

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