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Puertorriqueña en Los Ángeles destaca retos comunes en manejo del agua

manejo del agua

Ubican a 5,423 kilómetros de distancia, pero cuando de manejo de agua se trata, Puerto Rico y Los Ángeles tienen muchos retos en común.

Sequía, envejecimiento de la infraestructura, regulaciones más estrictas, financiación limitada y el cambio climático son algunos de esos desafíos compartidos, que requieren acciones planificadas e integradas.

Allá, en la ciudad más poblada de California, una puertorriqueña –natural de Mayagüez– está a cargo del programa One Water LA, cuyo propósito es manejar los recursos de agua, incluyendo cuencas e infraestructura, de forma ambiental, económica y socialmente beneficiosa.

“Es un plan a largo plazo, que se extiende hasta 2040. Lo estamos terminando en noviembre de este año, y lo que va a contener son recomendaciones y proyectos a corto y largo plazo que la ciudad debe implantar, incluyendo nuevas políticas públicas”, dijo vía telefónica la ingeniera civil Lenise Marrero González, quien desde 2003 trabaja en el Departamento de Saneamiento de Los Ángeles, que maneja aguas residuales, pluviales y residuos sólidos.

Plan sustituto

Según contó, One Water LA sustituye el Integrated Water Resources Plan, adoptado en 2006 y que debía estar vigente hasta 2020. Empero, fue necesario un cambio antes de tiempo porque las proyecciones del plan original, de cuya elaboración Marrero González también formó parte, no se estaban cumpliendo.

“El plan no tenía que ver con cambio climático, sino con mantener la infraestructura, acomodar más población y servirles agua, y manejar las aguas residuales. Nos dimos cuenta que, aun con el aumento en población, la gente estaba conservando mucha agua. Decidimos entonces desarrollar un nuevo plan, y así es que nace One Water LA, que contempla manejar y adaptarse al cambio climático”, indicó.

Explicó que Los Ángeles importa el 80% del agua que consumen sus cuatro millones de habitantes. Ante pronósticos de sequías más extremas y recurrentes debido al cambio climático, la ciudad “tiene que estar preparada” para encarar la escasez del recurso. Tan reciente como el pasado 7 de abril, California puso fin a cinco años de sequía extrema y levantó el estado de emergencia.

“Estamos ante un gran reto, pues dependemos de la nieve que cae al norte de California y que, cuando se derrite, nos llega a través de un acueducto gigantesco que va de norte a sur en el estado. Eso también nos pone en riesgo de quedarnos sin agua en caso de terremoto, pues el acueducto podría destruirse. Por eso, lo que hacemos con One Water LA es planificar un suministro de agua local”, comentó.

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