Todos los martes y jueves, Natanael Mojica Rosado trabaja la tierra como parte de su clase de Agricultura en la escuela superior Girasol Montessori.
Lo más reciente que esparció en el terreno fueron habichuelas, que a la larga beneficiarán a la comunidad Juan Domingo en Guaynabo.
“Estamos trabajando desde que llegamos”, afirmó el adolescente de 16 años, quien cursa el décimo grado, y quien además ayuda a su tía con un huerto que posee gracias a lo aprendido en el plantel.
Este esfuerzo también es producto del centro comunitario Andarines, donde gracias a una alianza entre organizaciones, ahora cuenta con paneles solares y un sistema de captación y filtración de agua.
El propósito es servir como punto de encuentro para las 320 familias de bajo recurso monetario que residen en el barrio, en caso de una emergencia futura.
La instalación fue posible por la financiación de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF en inglés) y la Fundación PepsiCo, de la mano con las organizaciones Para La Naturaleza, Juan Domingo en Acción, Somos Solar y Solar & Water Solutions.
“Estuvimos hablando después de (los huracanes) Irma y María identificando la problemática, que era comunidades sin electricidad, sin agua, sin comunicación, identificando poblaciones más vulnerables, pero que tenían un afán de ayudarse a sí mismos”, explicó la directora ejecutiva de PADF, Katie Taylor, quien viajó desde los Estados Unidos con la junta directiva de su entidad para ver de primera mano el centro.
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