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Dos universidades se unen a Casa Pueblo para explorar la independencia energética en la salud de la Isla

Un grupo de científicos y profesores de Florida International University (FIU), la Universidad de Puerto Rico (UPR) y de la organización comunitaria Casa Pueblo se unen en un estudio para explorar el impacto que la seguridad energética tiene en las poblaciones vulnerables de la Isla que dependen de la energía eléctrica para sus equipos médicos.

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) concedieron una inversión de 3 millones de dólares al estudio -que se espera dure unos cinco años- para examinar los factores que permiten a las agencias gubernamentales locales, a las comunidades y a los ciudadanos adaptarse a la independencia energética y sus implicaciones para la gestión de las enfermedades crónicas.

Asimismo, se busca demostrar el impacto positivo en la salud de la independencia energética a través del acceso directo a la energía solar, que ya ha empezado a aparecer en la Isla gracias a Casa Pueblo, que ha convertido hogares, negocios y centros comunitarios a la energía solar, apoyando la resiliencia ante los desastres.

El estudio estará a cargo de cuatro profesores de la Escuela Steven J. Green de Asuntos Internacionales y Públicos (SIPA) de la FIU -Mark Padilla, Sheilla Rodríguez-Madera, Nelson Varas-Días y Kevin Grove- y a Arturo Massol-Deyá, de Casa Pueblo y la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez.

“Se trata de una intervención intencional y estructural llevada a cabo por Casa Pueblo que tiene como objetivo liberar a las poblaciones vulnerables de la red eléctrica poco fiable como medio para apoyar la salud y el bienestar de la comunidad”, dijo Padilla, co-PI de la subvención de los NIH y profesor de estudios globales y socioculturales en la FIU.

“Por lo tanto, la investigación podrá proporcionar un modelo basado en la evidencia de cómo salir de la red y establecer las mejores prácticas para este trabajo. También medirá los efectos precisos sobre la salud y el bienestar de toda la comunidad y documentará el alcance geográfico de estos efectos”, agregó.

Los datos

Puerto Rico se enfrenta a frecuentes apagones debido a los daños en su red eléctrica causados por desastres naturales como el huracán María en septiembre de 2017, aumentando las muertes de los puertorriqueños de edad avanzada, que ya son vulnerables durante los desastres naturales.

Los puertorriqueños de 50 años o más representan una gran proporción de pacientes con enfermedades crónicas como las renales, las respiratorias y la diabetes. Esta última, por ejemplo, tiene una prevalencia un 50% mayor en la Isla que en el territorio continental de EE.UU., y una tasa de mortalidad asociada tres veces mayor, según un estudio reciente.

Los resultados de este estudio contribuirán a la elaboración y difusión de políticas sobre el papel de la participación comunitaria y la independencia energética en la gestión de las enfermedades crónicas entre las poblaciones que son vulnerables a las desigualdades sanitarias que aumentan por los desastres.

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