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Educar y conservar: la misión vital del Antiguo Acueducto del río Piedras

(Esta es la segunda entrega sobre el Antiguo Acueducto del río Piedras)

El Área Natural Protegida (ANP) Antiguo Acueducto del río Piedras (AArP) es un espacio de horizontes verdes y un centro interpretativo donde se promueve la cultura del agua, la importancia de conservarla como un recurso esencial social y ecológico, y de proyectar las cuencas hidrográficas como unidades de gestión territorial.

En este sitio histórico se aspira a conectar el hábitat y la cultura a través del paisaje; conservar y manejar el hábitat para especies de interés de conservación; preservar y restaurar el patrimonio edificado; asegurar los servicios de los ecosistemas (provisión de agua, biodiversidad y bosque urbano); proveer espacios para el disfrute de la naturaleza y albergar y potenciar investigaciones universitarias, profesionales y ciudadanas. Todo esto, de la mano de las comunidades que residen y llevan a cabo sus actividades en la ribera, las cuales han asumido colectivamente la responsabilidad social y conservacionista de restaurarlo, desarrollando, de esta forma, una cultura de activismo, de respeto y sensibilidad hacia los ríos urbanos.

Edwin Figueroa, superintendente de la Región Metro-Centro, estableció que “el Antiguo Acueducto sirve para esa conexión, esa ventana hacia lo natural dentro de toda el área más urbanizada que tenemos. Es un bolsillo verde, ese respirar verde, que tenemos dentro de la ciudad, dentro de todo ese ruido urbano, de todo lo gris que tenemos alrededor”, afirmó, a lo que agregó que muchos visitantes manifiestan su asombro al llegar al espacio y se dan cuenta de que están dentro del contexto de la ciudad, aunque no se sientan de esa forma al estar allí.

Por su parte, Paola Santiago, coordinadora de interpretación de la Región Metro-Centro, y quien tiene la función de ser un enlace entre lo que se hace desde el equipo de interpretación en conexión con todas las iniciativas de la organización, destacó el importante rol educativo del espacio.

“Además de interpretar las áreas naturales protegidas en las que estamos, y explicar lo que son estos ecosistemas y la importancia de las especies que los habitan, también operamos de una manera en la que acercamos a los visitantes a la naturaleza. Como parte de la interpretación, el discurso que elaboramos es una manera en la que se educa al público para entender los procesos de la naturaleza, para ser más conscientes con ella”, estableció Paola, a lo que agregó que “tenemos una conciencia de las distintas situaciones ambientales que están ocurriendo en nuestro país, y nosotros, como organización que se dedica a la conservación de áreas naturales de Puerto Rico, estamos atentos y alertas a esas instancias. Mi rol es facilitar experiencias de inmersión en la naturaleza con relación a los espacios que estamos interpretando, sus ecosistemas y su historia, entre otros aspectos”.

“El Antiguo Acueducto sirve para esa conexión, esa ventana hacia lo natural dentro de toda el área más urbanizada que tenemos. Es un bolsillo verde, ese respirar verde, que tenemos dentro de la ciudad, dentro de todo ese ruido urbano, de todo lo gris que tenemos alrededor”, afirmó Edwin Figueroa, superintendente de la Región Metro-Centro.

Maravillosa biodiversidad

Esta área natural protegida es el hogar de numerosas especies de flora y fauna. Hasta el momento, se han identificado 51 especies de aves, 10 de reptiles, cuatro anfibios, tres mamíferos, 11 peces, 26 invertebrados y 43 especies de plantas. Entre estos, 17 son especies endémicas. Existe un total de siete elementos críticos identificados por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), así como una especie designada como vulnerable o en peligro de extinción. 

Edwin comentó que AArP “es el único lugar en San Juan donde hemos visto la boa puertorriqueña (Chilabothrus inornatus); hemos avistado varios individuos. Es el único lugar también fuera de las montañas en el que hemos visto aves endémicas, como el San Pedrito (Todus mexicanus). Está allí viviendo… ¡y no le gustan las áreas urbanas! Hay mucha flora y fauna nativa, mucha endémica y algunas en peligro de extinción o con un grado de protección”. 

Se han encontrado, además, ejemplares de maga (Thespesia grandiflora), especie de árbol endémica y rara de Puerto Rico. Por virtud de Ley Núm. 87 del año 2019, se adoptó la flor de maga como símbolo nacional del país.

Esta llamativa biodiversidad ofrece oportunidades de voluntariado únicas. Paola indicó que en AArP se lleva a cabo una importante actividad: el biomonitoreo acuático utilizando macroinvertebrados como indicadores de calidad del agua. “Esa colecta de datos nos ha permitido monitorear la calidad del agua del río y compararlo con otros, en el contexto de que estamos en una zona sumamente urbana, pero que también está protegida, y eso es algo relevante”, explicó.

Angélica Erazo Oliveras, intérprete ambiental, por otro lado, recalcó la importancia de recopilar datos del río Piedras: un punto clave que permite a la organización tomar decisiones en términos de acciones de manejo y visibilizar la salud del río.

Por su parte, Wesley sostuvo que “el río Piedras tiene mucho potencial de estudio por ser el río con la cuenca más urbanizada de todo Puerto Rico. Así que es un modelo para poder entender la funcionalidad y estructura que tiene el río y sirve también de ejemplo a otras partes del mundo que están intentando manejar y observar estos ríos como áreas de estudio. De ahí nace esa iniciativa de comenzar los biomonitoreos acuáticos, que se realizan una vez al mes, y en los que se invita a los voluntarios a aprender sobre aspectos básicos de estudio de la ecología de ríos tropicales. Les mostramos cómo se colectan estos invertebrados acuáticos y también los acompañamos en el proceso de identificación de especies”.

“Ellos van recolectando estos organismos mientras yo les voy compartiendo información relacionada. Es un proceso educativo, de exploración, en el que generamos información bien valiosa que nos ayuda a determinar la calidad del agua en este espacio”, estableció el también biólogo con especialidad en ecología de ríos y toxicología acuática.

Wesley indicó que es importante “compartir estos resultados con la comunidad, nuestros vecinos y vecinas del río Piedras y también desarrollar esfuerzos relacionados con el manejo del área natural protegida y levantar esta información, ya que, por lo general, nuestros planes de manejo contemplan plantas, aves y otros grupos de organismos, pero no necesariamente hay un enfoque en esos organismos que viven dentro de nuestros ríos”.

En la Región Metro-Centro se le han ofrecido talleres a nuestras comunidades vecinas, coordinados por Karina (Rodríguez, intérprete ambiental y líder de acción comunitaria de la región) para que puedan replicar este tipo de metodologías desde sus espacios comunitarios. “También, universitarios de la Universidad de Puerto Rico (UPR) han venido para hacer prácticas relacionadas y llevar esos datos que colectaron a sus clases y tenemos muchos estudiantes de escuelas públicas y privadas que vienen a realizar sus horas de Contacto Verde a través de este tipo de actividad”, acotó Wesley.

En sus recorridos, el intérprete ambiental busca que el visitante reflexione en la forma en cómo se observa este cuerpo de agua, siendo uno de los tópicos que se abordan los camarones de río, de los cuales, explicó Wesley, Puerto Rico cuenta con 17 especies que se dividen en tres grandes categorías: filtradores, fragmentadores y depredadores.

“Tenemos camarones filtradores, que son como pequeñas plantas de filtración de agua que están todo el tiempo atrapando ese particulado que viene de la zona bien arriba en la montaña hasta la zona del estuario. Ellos consumen ese particulado; esa es parte de su alimentación. Son pequeñas plantas de filtración que trabajan las 24 horas del día, los siete días de la semana, sin ningún costo. Esa es la importancia de conservar este tipo de especies en zonas urbanas”, explicó.

La biodiversidad de la zona ofrece oportunidades de voluntariado únicas. En el Antiguo Acueducto del río Piedras se llevan a cabo biomonitoreos acuáticos utilizando macroinvertebrados como indicadores de calidad del agua.

“También tenemos los camarones fragmentadores, que se dedican a coger esa materia orgánica en forma de hojas que cae al río y ellos transforman ese material en un particulado más fino. Parte de esa hoja es su alimentación y la restante, sigue río abajo alimentando otras tantas especies”, acotó.

Finalmente, están los depredadores, que algunas personas conocen como “langostinos de río” y que se dedican a alimentarse de algunos peces y de otros camarones. 

Edwin, por su parte, destacó la presencia exclusiva en el río Piedras del Palaemon pandaliformis, una especie de camarón de agua dulce cuya existencia en Puerto Rico fue descubierta en el 2008.

Wesley aborda, además, las distintas especies de peces que se pueden encontrar en el río y que tienen un rol bien importante; algunos, incluso, se alimentan de las algas que crecen sobre las rocas. De estos destacan el dajao (Agonostomus monticola), la guavina (Gobiomorus dormitor), el pleco (Pterygoplicthys pardalis) y el olivo (Sicydium plumieri).

Otra parte medular de sus recorridos son las especies invasoras como, el pez ‘red devil’, que llega a Puerto Rico por el tráfico de mascotas. “A las personas les gustan sus colores bien llamativos, los compran y los colocan en sus peceras. Son agresivos y se comen todo lo que está a su alrededor. Así que probablemente llegan a nuestros ríos porque personas los tiran en estos cuerpos de agua y esto, se ha convertido en un problema porque han acabado con las poblaciones de nuestros peces nativos. Las investigaciones en el río Piedras han encontrado unas poblaciones bien altas de estos peces invasores y unas más reducidas de nuestros peces nativos”, advirtió Wesley, quien agregó que estos peces son oriundos de Brasil y Nicaragua, donde están adaptados a vivir en condiciones donde el flujo del agua no tiene mucha rapidez. 

Angélica Erazo Oliveras, intérprete ambiental, indicó la importancia de recopilar datos del río Piedras: un punto clave que permite a la organización tomar decisiones en términos de acciones de manejo y visibilizar la salud del río.

En sus recorridos, Wesley promueve también reflexiones sobre las canalizaciones a los ríos como método de control de inundaciones. “Hay que levantar banderas y cuestionarnos sobre estos métodos de control de inundaciones que van a tener un impacto negativo en nuestros ecosistemas y organismos acuáticos. Eso se ha demostrado por muchos años en varios estudios donde el cauce natural de los ríos, esa morfología, la reemplazamos principalmente con concreto. El concreto, durante el día, va a estar atrapando ese calor que genera el sol de la radiación solar, y se ha encontrado que en lugares canalizados, la temperatura del agua puede incrementar”, advirtió el biólogo, a lo que añadió que esto provoca que el cuerpo de agua se torne inhabitable para nuestras especies nativas, ya que, a mayor temperatura, menos oxígeno disuelto en el agua.

También explicó que, por medio de estas agresivas intervenciones a los ríos, se pierde la tridimensionalidad en el ecosistema. “Los distintos tamaños de piedras tienen un rol bien importante en la dinámica de estos organismos en los ríos. Estas son un hábitat para muchos de ellos y para otros, pueden servir como refugio. Si tenemos un canal que es de dos dimensiones, no hay habitáculos para que estos organismos puedan estar presentes. Así que ese es otro cuestionamiento, otro problema asociado a la canalización. Y eso es básicamente lo que tratamos de compartir con nuestros visitantes sobre los ecosistemas: nuestros ríos urbanos como áreas importantes para la biodiversidad”, afirmó.

Además, Wesley estableció que los espacios de áreas verdes sirven como amortiguadores de la contaminación que puede estar ocurriendo río abajo y son un respiro para que las especies puedan continuar migrando. “Nuestros camarones son todos migratorios, así que requieren esa conectividad desde la montaña hasta el estuario. Los camarones adultos, por lo general, se encuentran en zonas intermedias a montañosas. Las hembras cargan consigo un ‘saquito’ de huevos que parece como un racimo de uvas bien pequeño, y en temporada de mucha precipitación, de mucha lluvia, estos huevos eclosionan… explotan en una larva bien pequeña que se tiene que dejar llevar por la corriente del agua, pasando por aquí, por el acueducto, hasta llegar a la desembocadura de San Juan entre tres a cuatro días. Si ese proceso no ocurre en ese periodo de tiempo, lamentablemente, la larva no sobrevive, y hasta allí llegó ese ciclo”, lamentó.

El San Pedrito (Todus mexicanus), ave endémica de Puerto Rico, es una de las aves que se ha podido avistar en este área, parte del Corredor Ecológico de San Juan. 

Experiencia alada

Paola explicó que otra de las iniciativas para visitantes de AArP son los monitoreos de aves. “En uno de los últimos eventos de esta índole identificamos sobre 100 individuos de 29 especies en el Jardín Botánico. Se trata de un ejercicio de registro de datos y de identificación de aves, en el que, además, los participantes también aprenden a utilizar equipos científicos como los binoculares. Lo único que ellos traen es su celular”, explicó la coordinadora de interpretación. 

Angélica, por su parte, comentó que, como parte del proceso, se pueden utilizar varias aplicaciones, entre ellas, eBird. “Les enseñamos a los visitantes a cómo utilizarla; es algo que incluso, ellos pueden hacer desde su casa. No se trata solamente de tener la experiencia de ver aves; es también aprender formalmente a cómo aportar a la conservación de Puerto Rico observando aves y reportando lo que viste”.

La avifauna del área natural protegida incluye especies endémicas como la calandria (Icterus portoricensis), el carpintero de Puerto Rico (Melanerpes portoricensis), el juí (Myiarchus antillarum), la reinita mariposera (Setophaga adelaidae) y la reina mora (Spindalis portoricensis).

Gabriel Pacheco, intérprete ambiental, lidera desde el acueducto el avistamiento mensual de aves en el Jardín Botánico, evento de voluntariado que se realiza un sábado de cada mes por espacio de cuatro horas y que es abierto a todo el público.

“Salimos del Antiguo Acueducto en un recorrido de más o menos dos millas, por las vías principales del jardín y las veredas. Es un evento matutino que iniciamos aquí, compartiendo un resumen de lo que es un ‘pajareo’, porque no todos los que llegan son ‘pajareros’, ni saben cómo usar binoculares, así que les enseñamos cómo usarlos, de igual modo, algunas de las herramientas digitales gratuitas que usamos para registrar los avistamientos. Esto es ciencia ciudadana en un contexto súper urbanizado. Es un evento de ciencia ciudadana que expone a las personas de manera más íntima al entorno natural de la ciudad. La mayoría de las personas que vienen son del área metropolitana, así que las aves que ven en el Jardín Botánico, son las mismas que ven en el patio de su casa, en el parque donde van a recrearse, o en la playa”, recalcó Gabriel, agregando que “les hablo de los servicios ecosistémicos que nos ofrecen las aves y por qué son importantes tenerlas en los espacios urbanos. Entonces, salimos a caminar por el jardín. Es un paseo conversacional”.

“Para mí es bien gratificante ver cómo en horas, alguien que nunca ha usado binoculares, que nunca había realizado un avistamiento de aves, que quizás nunca había visitado el Jardín Botánico, al final del evento, ya sabe identificar varias aves, incluso por el canto, que es algo bien difícil”, relató Gabriel Pacheco, intérprete ambiental.
 

Gabriel compartió que, según avanza el pajareo, visitantes que nunca habían participado de este tipo de eventos, van identificando características de las aves, como sus manchas, colores, tamaño, canto y vuelo. “Para mí es bien gratificante ver cómo en horas, alguien que nunca ha usado binoculares, que nunca había realizado un avistamiento de aves, que quizás nunca había visitado el Jardín Botánico, al final del evento, ya sabe identificar varias aves, incluso por el canto, que es algo bien difícil”, relató con emoción.

El intérprete ambiental señaló que el público es variado, empezando con niños a partir de los seis años de edad hasta adultos mayores. “Usualmente recibimos familias y también menores que necesitan cumplir con sus horas de Contacto Verde acompañados por su mamá, papá, abuelo o abuela. Entonces, a través de la experiencia del menor, los adultos se enriquecen”, sostuvo.

“En los meses de invierno (el pajareo) es un poco más concurrido porque mucha gente viaja a Puerto Rico desde Estados Unidos para identificar aves que están en sus estados y cambian de coloración, así que es un atractivo. De diciembre a enero, Puerto Rico es receptora de aves migratorias; en esos meses, vemos una mayor diversidad de aves. Así que los voluntarios que vienen en distintas épocas del año van a ver cosas distintas y van a aprender de aves distintas”, afirmó Gabriel.

Los visitantes también pueden participar por medio de reservación en el evento de voluntariado “Siembra, cosecha y aprende en nuestro huerto urbano”, que se realiza una vez al mes y en el que se aborda la salud de los suelos, cómo preparar los bancos de siembra y cuidar las plantas.

Por medio de reservación también, los visitantes de AArP pueden disfrutar de un interesante recorrido guiado a través del bosque urbano del Jardín Botánico de San Juan. Como parte de la experiencia, tienen la oportunidad de interactuar con aves, plantas e insectos que comparten este entorno boscoso.

“Además de interpretar las áreas naturales protegidas en las que estamos, y explicar lo que son estos ecosistemas y la importancia de las especies que los habitan, también operamos de una manera en la que acercamos a los visitantes a la naturaleza”, sostuvo Paola Santiago, coordinadora de interpretación en la Región Metro-Centro.

Visítanos 

En el Antiguo Acueducto del río Piedras llevamos a cabo una variedad de actividades educativas, recorridos interpretativos y eventos de ciencia ciudadana para el disfrute de la comunidad. A continuación una lista con los títulos de estos ofrecimientos, puedes presionar el nombre, leer más detalles y hacer tu reservación.

El río que le da vida a San Juan

Pajarea, aprende y documenta – AARP

Siembra, cosecha y aprende en nuestro huerto urbano – AARP

Biomonitoreo acuático en el Antiguo Acueducto del Río Piedras

¿Cómo llegar?

Dirección: 9WQR+VHC, San Juan, 00926 

Llámanos al: (787) 722-5882 

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