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Encuentro cercano con la naturaleza

Dentro de los predios de la antigua base naval Roosevelt Roads, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) conserva 16 parcelas de terreno manejadas y administradas por la organización Para La Naturaleza, que además permite a los ciudadanos conocer la biodiversidad del lugar a través de diferentes recorridos.

“Bienvenidos al Centro de Visitantes Medio Mundo y Daguao”. Con estas palabras nos recibió Idalmaris Tillman, intérprete ambiental de Para La Naturaleza, lista para la aventura que estaba próxima a iniciar. La bióloga nos esperaba con tres binoculares en mano, los cuales ayudarían apreciar mejor la diversidad de paisajes y especies. Junto con ella, el conductor de la camioneta estilo safari, que nos conduciría al destino principal: el humedal Los Machos.

Al visitar las oficinas de Para La Naturaleza, en Ceiba, expertos ambientales como Idalmaris ofrecen un resumen histórico acerca de los lugares en la extensa área natural protegida, la cual alberga los diversos ecosistemas: humedales, estuarios, bosque de mangle, sistema coralino, hábitat marino, riberas y bosque seco, además de un sinnúmero de especies.

“La base comenzó en 1940. Ya para el 1943 tenían las principales estructuras y estuvo bajo operación por más de 60 años. Luego, entonces, en el 2004, el 31 de marzo cerró operaciones por una ley del Congreso, la Ley 187, que decía, entonces, que ya se iba a cerrar la base naval e iba a comenzar (a pasar) por un proceso de rehabilitación de desarrollo y difusión de todos los terrenos que habían… Estos terrenos que se conservan ahora mismo tienen un régimen de conservación de más de 100 años desde la corona española, que luego se pasaron a un sistema de unidades de bosques insulares”, explicó la ceibeña.

Luego de ofrecer un breve resumen de la historia de las 3,500 cuerdas de terreno que Para La Naturaleza protege, de las 8,910 que comprendía la base, comienza la travesía sobre ruedas. Ya en la vereda del humedal Los Machos, que es una de las parcelas más grandes que se conservan en la actualidad, en el camino se aprecian árboles de ceiba.

“Tenemos la singularidad de tener el bosque seco costero subtropical… Aquí también tenemos un bosque seco que comprende desde Loíza hasta el área este -Cabezas de San Juan en Fajardo, Ceiba, Maunabo- y baja entonces por toda la parte sur. Así que tenemos esa singularidad. No tenemos bosques, pero luego entonces vamos a tener un bosque de humedal”, detalló la bióloga, quien define los humedales como zonas de transición entre un ecosistema terrestre y un ecosistema marino.

El humedal Los Machos es un sistema estuarino en el que ocurre un encuentro de agua salada y algunas aguas de escorrentías dulce, permitiendo que se cree un ecosistema con diversidad de organismos que funge como hábitat y un ecosistema ideal y fantástico para muchas especies que migran de otros países.

La bióloga explicó que este espacio funge “como un hotel cinco estrellas” que les brinda un bufé y espacio para descansar a las aves como flamencos, que en su mayoría, vienen desde lejos y aquí encuentran su lugar de reposo. Añadió que si el área no estuviera bajo conservación en la actualidad, posiblemente se habrían construido estructuras y este tipo de aves no pudieran encontrarse con estos espacios, por lo que resalta la importancia de la conservación de los sistemas de humedales.

Lo anterior se refleja en la visita de un ave proveniente de las islas Necker, el Ibis Escarlata, un visitante poco común en Puerto Rico que llegó al humedal el pasado mes de julio. Se desconoce cómo llegó esta ave de paso a Puerto Rico, pues la presencia de esta en particular suele localizarse en lugares de Suramérica como Venezuela y Colombia.

Desde hace cinco años otros cuatro flamencos de otra especie habitan en el humedal, los cuales suelen verse siempre juntos. Con los binoculares se aprecian mucho mejor, tanto como para ver cómo descansan sobre una de sus patas.

Durante el recorrido, es importante guardar silencio y escuchar, no solo a la guía, sino los sonidos de la naturaleza. A la orilla del humedal se observan pequeños cangrejos, los cangrejos violinistas, que mientras se mueven hacen un sonido leve en particular, pero no por eso se llaman así sino por la forma en la que tienen una de sus pinzas. Existen seis de estas especies de cangrejos violinistas en Puerto Rico. El que se suele ver en el humedal Los Machos se mantiene pequeño durante todo su periodo de vida. Una vez escuchan el ruido de las personas se suelen alejar de la orilla.

Durante la excursión, también se visita la orilla de la costa desde donde se logra observar la isla Piñero y la isla Cabeza de Perro, que se espera que pronto pasen al programa de conservación de Para La Naturaleza. A partir de este punto, las personas se bajan de la camioneta y caminan hasta la última parte de recorrido, en donde se observan árboles de los cuatro tipos de mangles que hay en el bosque seco: mangle rojo, blanco, negro y botón.

Existen tres diferentes formas de realizar el recorrido de Historia y Naturaleza de Medio Mundo y Daguao: en trolley; la exploración con bicicleta y kayak, ambos acompañados por los guías; y en bicicleta. Para reservar debe comunicarse al 787-722-5834, extensión #385. También puede encontrar más información en la página de Facebook @ParaLaNaturaleza, donde se publican las fechas de las giras y los precios.

Sobre Para la Naturaleza:

Para la Naturaleza es una unidad sin fines de lucro del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico. Su meta es integrar a la sociedad en la conservación de los ecosistemas naturales, con el fin de aumentar el por ciento de terrenos protegidos en Puerto Rico, de la cifra actual de 16 por ciento, a un 33 por ciento para el año 2033. Para la Naturaleza busca proveer a cada persona y a cada comunidad de experiencias transformativas que inspiren y motiven acciones concretas a favor de la naturaleza, como el trabajo voluntario, la donación de fondos y terrenos, o el establecimiento de servidumbres de conservación. La unidad agrupa todos los ofrecimientos educativos, eventos de voluntarios y Ciudadano Científico, y las iniciativas de recaudación de fondos del Fideicomiso. Para la Naturaleza también maneja los centros de visitantes y las áreas naturales que protege la organización, incluyendo Hacienda Buena Vista en Ponce, Hacienda La Esperanza en Manatí y Cabezas de San Juan en Fajardo, entre otras.

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