Menú

Escombros presentan alto riesgo de contaminación

Los escombros del colapsado radiotelescopio de Arecibo representan un alto riesgo de contaminación ambiental para la zona en la que estaba enclavado debido a los distintos componentes tóxicos de los instrumentos y equipo electrónico que en él operaban, denunció el activista ambiental Juan Rosario.

“Lo que mínimamente debe hacerse es una evaluación ambiental inmediata sobre los riesgos de contaminación que pueden estar afectado esa zona”, señaló Rosario, quien fuera portavoz de la organización ambiental Misión Industrial. “Por la naturaleza misma de esa instalación nadie sabe con certeza lo que había allí”.

De acuerdo con Rosario, el radiotelescopio ubicaba en medio de la zona cársica del norte de Puerto Rico, la cual es de alta porosidad por lo que una situación severa de desperdicios electrónicos puede poner en riesgo las reservas de aguas subterráneas de la Isla.

“La basura electrónica es uno de los problemas ambientales más grandes del mundo en este momento”, señaló Rosario.

El término basura o desperdicios electrónicos se usa para referirse a los dispositivos electrónicos cuya vida útil ha expirado, resultan anticuados o han sido reemplazados. Entre los dispositivos más comunes se encuentran computadoras, monitores, televisores, equipos estereofónicos, copiadoras, impresoras, máquinas de fax, teléfonos celulares, reproductores de vídeo, cámaras y baterías, entre otros.

Según la empresa recicladora de desperdicios electrónicos Great Lakes Electronics, con sede en el estado de Michigan, la mayor parte de los equipos electrónicos están hechos con materiales y metales tóxicos que “son perfectamente seguros cuando están en uso”. Sin embargo, cuando esos mismos materiales son descartados estos representan “un riesgo muy serio para la salud” cuando entran en contacto con la tierra y las aguas subterráneas”.

Una gama de posibles contaminantes

Por su parte, Abel Méndez, astrobiólogo y profesor de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA), señaló que en el caso del radiotelescopio, era en el subreflector gregoriano donde estaban contenidos varios equipos electrónicos –incluido el receptor ALFA de multi ondas– presumiblemente construidos con componentes tóxicos. Estos componentes pueden incluir plomo, zinc, níquel, bario, cromo y agentes retardantes de fuego.

Méndez coincidió con Rosario al señalar que “hay una gama de posibles contaminantes” entre los escombros del radiotelescopio que se desconocen hasta que se identifique los equipos que se han perdido.

“El colapso de la plataforma representa una afectación descontrolada del ecosistema en el que estaba enclavado el radiotelescopio”, dijo Méndez refiriéndose al colapso de la estructura. “Una parte de los estudios que se hacían en la facilidad era en torno a los efectos de la radiación sobre la vegetación debajo del plato reflector… pero eso se hacía de manera controlada”.

Méndez advirtió, además, que cerca del área donde cayó la plataforma del radiotelescopio transcurre un tributario del Río Grande de Arecibo.

Limpieza le toca al gobierno federal

Para los propósitos de la limpieza del área, el profesor universitario señaló que los terrenos en donde ubican las estructuras del radiotelescopio son propiedad del gobierno de Estados Unidos, específicamente de la Fundación Nacional para las Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés), aunque era operado mediante un acuerdo colaborativo por la Universidad Ana G. Méndez (UAGM), la Universidad de la Florida Central (UCF, por sus siglas en inglés) y Yang Enterprises, Inc. (YEI).

“El gobierno de Puerto Rico no tiene la responsabilidad de la limpieza del área. Eso le toca al gobierno federal”, dijo Méndez.

Por su parte, Rosario recalcó que “este es el momento para hacer la denuncia pública y establecer las correspondientes responsabilidades” para que el gobierno federal “no deje a Puerto Rico con el paquete” de la limpieza de los materiales tóxicos del área.

LEE LA NOTICIA COMPLETA EN ELVOCERO.COM

Contáctanos