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Imprescindible la labor voluntaria para la protección ambiental

Imprescindible la labor voluntaria para la protección ambiental

El mundo celebra hoy el Día Internacional de los Voluntarios y, para tres participantes de la organización sin fines de lucro Para la Naturaleza, no hay mejor forma de ejercer esta práctica que con actividades de educación, conservación y protección ambiental.

Isabel Castro se estrenó en Para la Naturaleza a los 13 años en los Talleres de Inmersión, una especie de campamento de verano en el que niños y jóvenes pernoctan en diferentes áreas naturales protegidas, integrando la educación ambiental con la diversión. Hoy, a sus 20 años, es voluntaria líder de la entidad y completa un bachillerato en Ciencias Ambientales en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.

“Comencé como líder en los Talleres de Inmersión en Fajardo y, luego, en trabajos de reforestación en Manatí (Reserva Natural Hacienda La Esperanza) y monitoreo nocturno en Fajardo (Reserva Natural Cabezas de San Juan). También, soy parte de otras iniciativas en la Reserva Natural Medio Mundo y Daguao, en Ceiba”, contó.

“He aprendido sobre ecosistemas, pero también a cómo comunicarme mejor, dar presentaciones y charlas y organizarme. Gracias a esto es que estudio Ciencias Ambientales. La experiencia de voluntariado hizo que despertara en mí ese interés”, agregó Castro, quien no descarta trabajar algún día en Para la Naturaleza.

María Eugenia del Río relató, por su parte, que lleva siete años con la entidad, a la que llegó tras recibir una invitación para un taller de formación de líderes. Tomó el taller y, al concluirlo, tuvo que desarrollar cuatro “protocolos” o actividades relacionadas con el programa Mapa de Vida, que integra el trabajo voluntario en la recolección de datos ambientales.

Desde entonces, ha participado en “múltiples proyectos”, siendo los más recientes la restauración de dunas en la Reserva Natural Hacienda La Esperanza y Mapa Madre, una iniciativa en la que colaboran cuatro organizaciones comunitarias para la protección de la cuenca hidrológica del río Grande de Manatí.

“Quizás, lo que más me ató a la organización es que, cuando me desarrollo en estos talleres, veo cómo la ciencia puede estar al alcance de todas las personas, no de la manera en que se maneja en las instituciones educativas, sino que se lleva a la práctica, y eso cambia la vida de las personas, especialmente los jóvenes. En las actividades, cuando tengo contacto con los niños y jóvenes, me encanta ver sus ojos de asombro en ese momento de cercanía con la ciencia y la naturaleza. Son experiencias que ayudan a cambiar mentalidades”, resaltó Del Río.

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Para Alexandra Berríos, especialista de Voluntarios y Relaciones Comunitarias de Para la Naturaleza, las experiencias de Castro y Del Río resumen “la esencia” del voluntariado en la organización, pues “son ellos los que nos sostienen… representan lo que es sostenibilidad”.

Explicó que los voluntarios “ayudan a expandir el alcance de los esfuerzos” en dos áreas: ciencia ciudadana y acciones de manejo. Ciencia ciudadana incluye, por ejemplo, la recolección de datos para apoyar investigaciones, y en acciones de manejo está el mantenimiento en los viveros y siembras, entre otras.

Según Berríos, mucho del trabajo voluntario se concentra en la Unidad de Reforestación de Para la Naturaleza, que recientemente se unió a la promesa del movimiento internacional 1t.org de conservar, restaurar y cultivar mil millones de árboles en el planeta para 2030. La entidad se comprometió con sembrar un millón de árboles en la isla para 2030 y, a su vez, proteger y adquirir 1,000 acres de terreno por año hasta 2033.

“Desde 2018 hasta noviembre de 2021, alrededor de 34,000 voluntarios nos han apoyado en diferentes proyectos, ya sea participando una sola vez o siendo líderes de iniciativas específicas. Entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021, hemos tenido 1,410 voluntarios y sus participaciones suman 17,400 horas”, resaltó.

A futuro, dijo Berríos, “continuaremos formando líderes a favor de proteger, cuidar, conservar y educar sobre la naturaleza”, y promoverán oportunidades de voluntariado para personas con diversidad funcional, “porque estamos buscando ser más inclusivos”.

Promulgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1985, el Día Internacional de los Voluntarios se celebra cada año el 5 de diciembre. Según la ONU, el voluntariado “tiene un importante efecto dominó”, ya que inspira a otras personas e impulsa las transformaciones requeridas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos, el #16 dedicado a promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas.

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