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Incierta la temporada para los pescadores

Las estrictas medidas de salubridad impuestas a los comercios para evitar la propagación del coronavirus y el mal tiempo en el mar han creado un panorama incierto para los pescadores que viven de los frutos del mar.

A pocos días de iniciar la Semana Mayor —fecha que se caracteriza por el alto consumo de pescado y mariscos—, muchos pescadores no han podido salir al mar a realizar su trabajo en la misma proporción de años anteriores, cuando recogían grandes cantidades de peces, ya que las condiciones del mar han complicado la pesca y la seguridad en el agua, lo que mantiene lentas las ventas en el sector.

Ramón Ortiz, líder de la comunidad pesquera de Villa Cristiana, en Loíza, expresó que allí “la pesca ha estado bien mala durante el pasado año y este. La marejada ha estado fatal en estos últimos meses. Casi no hemos podido salir a pescar”.

El mismo panorama se observa en Ceiba, donde para Luis Correa, pescador con más de 40 años de experiencia, ha sido bien difícil trabajar y subsistir ante las pocas posibilidades en el sector para lograr una buena pesca.

“En estos meses el tiempo está bien malo, ha sido pésimo. Uno que otro día es que se puede salir a pescar. Han sido meses bien fuertes para los pescadores de esta área. Hay mucha resaca y brisa, uno no se puede tomar riesgos. Espero que se arregle un poco el tiempo para poder tener pescado en Semana Santa”, indicó.

Por su parte, Awilda Torres, administradora y presidenta de la Federación de Pescadores Las Cabezas de San Juan, en Fajardo, señaló que en esta zona —aunque no hay escasez de pescados y mariscos— ha sido un tiempo difícil para los pescadores de Las Croabas y sectores cercanos.

“Esta temporada ha estado más lenta que nunca. Tenemos pescado aquí, pero en el noreste de la Isla no hay. En este momento tenemos pescado fresco, pero a fin de mes dejamos la pescadería. No vamos a renovar el contrato”, informó. Añadió que la federación evalúa si establecerá una nueva pescadería en otro lugar.

No obstante, este sector no parece estar exento de la posición de posponer el regreso a las labores mientras sigan fluyendo las ayudas federales debido a la pandemia de covid-19. Según una fuente de EL VOCERO que no quiso que se revelara su nombre, aparte de las condiciones del mar —que no están siendo favorables para la pesca —, muchas personas no están saliendo a trabajar porque reciben la asistencia federal y prefieren permanecer en sus hogares.

En septiembre de 2020, el entonces secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega, le solicitó a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) fondos para los pescadores que tuvieran los informes y la licencia comercial vigentes para que pudieran reclamar ayuda por lo que dejaron de vender entre enero y abril de 2020 a causa del covid-19. Los incentivos que se otorgaron de octubre en adelante fluctuaron entre $700 y $1,400, luego de aprobarse la propuesta de $1 millón en fondos, la cual incluyó los viajes chárters de las embarcaciones de pesca recreacional.

Panorama más alentador

En Naguabo el panorama es más alentador, ya que en la pescadería ubicada en el malecón ha ido aumentando la venta de productos provenientes del mar.

Stephanie Torres, gerente de piso de Vinnys Restaurant & Pescadería, señaló que en “la zona norte el tiempo está más difícil, pero acá (los pescadores) están saliendo a pescar. Tenemos chillo, colirrubia, mero, capitanes, pulpo, carrucho, langosta, camarones. Estamos bien cubiertos para vender en Semana Santa”.

Realidad de la industria

El sector de la pesca comercial se ha visto impactado no solo por el covid-19; también ha visto una merma en la cantidad de peces debido a las inclemencias del tiempo y en los últimos años por fenómenos atmosféricos que van desde huracanes hasta terremotos.

Las estadísticas del Departamento de Agricultura reflejan que en la pasada década la Isla contaba con alrededor de 1,200 pescadores comerciales y sobre 100,000 recreativos.

Las ventas en el sector comercial de la pesca se estimaban entre $7 millones y $8 millones anuales. Hoy día no hay cifras precisas del sector.

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