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La remoción de escombros tras el colapso del radiotelescopio de Arecibo se extenderá hasta junio o julio

La Fundación Nacional de las Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) publicó el 31 de marzo una actualización de los trabajos de remoción de escombros del radiotelescopio de casi 1,000 pies (305 metros) del Observatorio de Arecibo en el que anunció que el transporte de materiales a centros de reciclaje y vertederos comenzó el 15 de marzo y que las labores podrían extenderse hasta junio o principios de julio.

El radiotelescopio, el más grande del mundo hasta la construcción de la unidad FAST de 500 metros (1,640 pies) en China, y el RATAN-600 de Rusia (1,890 pies), colapsó el 1 de diciembre de 2020, cerca de las 7:00 a.m., luego que dos cables (uno de apoyo y otro principal) que sostenían los transmisores y el domo gregoriano sobre el plato reflector se rompieron.

El primer cable (de apoyo) se rompió en la torre cuatro el 10 de agosto de 2020, mientras que uno de los cables principales, también de la torre cuatro, se rompió. En ese momento, la agencia fue informada que el colapso del ensamblaje de transmisores y el domo gregoriano suspendidos sobre el plato reflector colapsarían en cualquier momento, lo que ocurrió el 1 de diciembre.

De acuerdo con el plan de transportación de escombros que la NSF presentó públicamente el 25 de marzo, entre tres a cuatro camiones de carga inciaron el proceso de llevar materiales reciclables a distintos pueblos de la isla el pasado 15 de marzo. El plan sostiene que los materiales serán removidos “en preparación para trabajos de limpieza adicionales en el Observatorio”.

“Se conservará el material potencialmente útil para futuras operaciones científicas y se mantendrán en el lugar muestras importantes para la investigación forense en curso para comprender mejor la causa del colapso”, explicó la NSF en una sección de preguntas y respuestas (Q&A) sobre el transporte de escombros.

La agencia añadió que las labores de transporte, en caminones de 40 a 60 yardas con lonas integradas para proteger la carga y evitar que caigan en las vías de rodaje, se llevan a cabo de lunes a sábado de 7:00 a.m. a 4:00 p.m., con tráfico pico entre las 9:00 de la mañana y las 3:00 de la tarde.

Los materiales que están siendo removidos incluyen suelo (contaminado con aceite hidráulico y otras sustancias sintéticas), chatarra y hormigón, principalmente de la plataforma de instrumentos del radiotelescopio y sus estructuras de soporte. Según la agencia federal, los materiales serán llevados a facilidades de reciclaje y vertederos, pero no menciona instalaciones de reciclaje o municipios específicos.

Del mismo modo, la NSF sostuvo que los materiales que han sido removidos, y los que se removerán, son seguros y no representan una amenaza ambiental o de contaminación para el ambiente o el público.

La NSF y la firma de ingeniería Thornton Tomasetti indicaron, en un informe divulgado el 3 de marzo ante el Congreso de los Estados Unidos, que el costo de las labores de limpieza y remoción de escombros podría tener un costo de entre $30 a $50 millones.

Dicho informe también detalla los equipos e instalaciones que permanecen operantes o que necesitan pocas reparaciones para retomar sus tareas científicas. Estos incluyen el sistema LiDAR (detección y medición de distancias mediante luz), los telescopios ópticos y la instalación de telescopios pasivos en Culebra y los platos receptores de 12 metros (40 pies).

Se encuentran inoperantes los transmisores de ionosfera, el radar de dispersión incoherente para estudiar la ionosfera, y los múltiples transmisores utilizados por el plato de 305 metros que quedó parcialmente destruido tras el colapso del domo gregoriano y su ensamblaje de apoyo y movilización.

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