Los estragos causados por el huracán María en las viviendas de miles de puertorriqueños obligarán al Negociado del Censo estadounidense a identificar todas las estructuras que, por los daños de los vientos o por el abandono de sus propietarios, ya no sirven como residencias.

Este proceso se llevará a cabo durante la repartición de los formularios del Censo por cada una de las viviendas de Puerto Rico, precisó Arnaldo Sosa, asistente del gerente del Censo en la Región de Nueva York, la cual cubre a Puerto Rico.

Este deterioro en la infraestructura residencial en Puerto Rico, sin embargo, no es el mayor problema que enfrenta este conteo de cada uno de los habitantes del país.

Raúl Ortiz, de la firma VMLY&R, explicó que condujeron una serie de estudios con grupos focales en la isla que arrojaron que las personas normalmente se muestran reacias a ofrecer sus datos al Negociado del Censo porque temen el uso que las autoridades dan a esta información, no comprenden cómo se benefician en el proceso, no entienden qué es lo que se solicita o viven en una situación delicada o en hogares multifamiliares, especialmente después del paso del huracán María en septiembre de 2017.

“Esto (la información del Censo) impacta los límites políticos, las inversiones, los servicios, las decisiones de política pública. Esto ayuda a determinar la asignación de los fondos federales… Esta información se protege. No se puede usar para otra cosa que no sea generar estadísticas”, dijo Sara Rosario Nieves, jefa de Planificación, Estrategia y Portafolio del Censo.

En esta ocasión, el Censo busca que las personas opten, en primera instancia, en completar el formulario a través de internet. Si esto no es posible, las personas podrán contestar las preguntas a través de un teléfono provisto por el Negociado del Censo o enviando por correo el formulario de papel completado en cada uno de los encasillados.

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