Las islas de Puerto Rico están temblando, de día, de noche, de tarde y de madrugada. Algunas veces no lo sentimos. Otras veces sí, y como consecuencia, cientos de personas han perdido sus casas, sus carros y sus bienes. La realidad parece sacada de un cuento de ficción. Hay nervios. Hay ansiedad. Hay crisis.
Pero los libros de Historia y Geografía nos dejan saber que los sismos son eventos naturales para los cuales debemos estar preparados.
Según Karen Bunce, geóloga y Coordinadora de Interpretación en Hacienda La Esperanza, “la tierra es un planeta vivo y activo que se está moviendo constantemente todos los días. Nosotros los humanos no percibimos estos movimientos porque son movimientos bien lentos y que se dan en espacios de tiempo de millones de años. Sin embargo, percibimos todo lo que son los temblores, percibimos lo que son los volcanes y todo esto son ejemplos y evidencia de que el planeta se mueve y se mueve porque está formado por unas placas tectónicas que no son otra cosa que como si fuera un rompecabezas gigantesco que recubre todo lo que es la superficie del planeta. Estas placas están conformadas sobre un manto de roca derretida que actúa como si fuera una gelatina caliente, y esta gelatina caliente se mueve y da paso entonces al movimiento de estas grandes masas de roca que son las piezas de este rompecabezas. Estas piezas de rompecabezas, al moverse chocan unas con otras, se rozan, se hunden una debajo de otra y esto entonces, a la larga es lo que forma, lo que son los volcanes, lo que son la famosas fallas y, por ende, pues los terremotos”.
Puerto Rico se encuentra en una zona sísmica activa. “Si vemos el mapa de Puerto Rico, un mapa topográfico, podemos ver y trazar de sur al oeste de Puerto Rico, grandes líneas que son representadas como diferentes valles. Y estos son grandes fallas que existen en Puerto Rico, que han sido grandemente estudiadas. Sin embargo, hay fallas nuevas que nunca se habían estudiado o nunca se habían descubierto, como las fallas de Punta Montalva, que es la que está generando actualmente todos estos movimientos”, señaló Karen.
Las fallas “se generan cuando la roca dentro de estas grandes placas tectónicas se fractura por el movimiento, como por ejemplo si yo tuviese un gran pedazo de madera masisa y le aplicamos presión, una presión constante, la madera, va a llegar el momento que va a romperse. Así que literalmente es eso de lo que estamos hablando. La roca al tener unas grandes presiones de estos movimientos, va a llegar el momento de que no va a aguantar más esa presión y va a ceder la roca. Se rompe, ocurre un movimiento y libera toda esta energía por onda y eso es lo que nosotros sentimos, como los terremotos”.
La falla que está provocando los terremotos al sur de Puerto Rico está localizada en la punta suroeste de la isla; comienza al sur de Guánica y se extiende por el Valle de Lajas.
Luego de un movimiento de tierra fuerte, casi siempre ocurren otros movimientos menos intensos llamados “réplicas”. El tiempo antes de que esas réplicas culminen, “podrían ser meses, pueden ser semanas, pueden ser años. Los humanos siempre queremos una solución para todos los problemas y queremos una fecha exacta para poder nosotros tener paz o tranquilidad o bajar un poco la ansiedad. Sin embargo, los procesos geológicos son procesos que no necesariamente se pueden predecir, ni se le puede poner una fecha o se le puede determinar una intensidad particular a un sismo que pueda ocurrir. Así que lo que sí tenemos en nuestras manos son diferentes modelos estadísticos que se generan en base a otros sismos sentidos aquí y en otros territorios, pero son estadísticas que no necesariamente son 100 por ciento ciertas”.
El consejo primordial es estar preparados, cubrirse la cabeza y mantenerse quieto hasta que el temblor finalice. Luego, debe moverse hasta un área segura.
“la tierra es un planeta vivo y activo que se está moviendo constantemente todos los días. Nosotros los humanos no percibimos estos movimientos porque son movimientos bien lentos y que se dan en espacios de tiempo de millones de años”
La relación de los humanos con la naturaleza se transformó significativamente con la llegada de la Revolución Industrial y la Ilustración en el siglo XVIII. La idea del ser humano como parte de la naturaleza se disipó. Desde entonces, muchas personas han visto el mundo natural como un medio para conseguir recursos indispensables para la supervivencia de las personas.
Pero, según Anayra Santory, profesora de filosofía en la Universidad de Puerto Rico y directora de la División Editorial y de Comunicaciones Para la Naturaleza, debido a la crisis climática que enfrentamos, “la naturaleza empieza a jugar un rol protagónico en nuestras vidas ya no solamente