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Ecotono

Temporada 2 Episodio 2

Sin bosques no hay ríos, sin ríos no hay bosques

Con la temporada de huracanes y, consecuentemente, de lluvias, aumenta el caudal de los ríos en la región caribeña. En esta época, también los bosques experimentan cambios con los fuertes vientos huracanados y la saturación del suelo.  

Ricardo Rodríguez, Coordinador de Manejo Para la Naturaleza, explicó que un bosque es un grupo de árboles y arbustos localizados en un área específica. Para considerar un espacio como un bosque solo se necesitan seis árboles o más. Mientras que un río representa un cuerpo de agua que capta las escorrentías desde las montañas hasta las costas, y se une en un torrente único. 

“Visualicen un río como las venas del cuerpo humano. Ellas transportan, adicional al agua, muchos nutrientes. Y la importancia del bosque es aprovecha los nutrientes que son transportados por el agua”, expresó el intérprete ambiental.  

Según el también ecólogo, el bosque y el río comparten elementos no vivos y vivos. Entre los no vivos se encuentran los cuatro elementos de la naturaleza: aire, fuego, agua y tierra. Estos elementos son abióticos; no están vivos y forman parte de los componentes que constituyen un ecosistema. Por ejemplo, el aire son las fuertes ráfagas de vientos. La tierra constituye la cordillera central, la zona cársica y los llanos aluviales. El agua está representada en sus estados líquidos y gaseosos, cuando empieza su trayecto por la cordillera central, baja hasta los llanos aluviales. Y, por último, el fuego se identifica en los cambios en temperaturas que se dan entre los ríos y los bosques.  

En cambio, entre los elementos vivos están los invertebrados. Especies como los camarones descomponen la materia orgánica “y esto es importante porque cuando las hojas llegan, desde la parte de arriba del río, siendo arrastradas por las corrientes, los invertebrados presentes en el río van a captar este material, lo van a consumir y lo van a degradar. De esa manera, van a convertir la materia orgánica a través de sus residuos, en materia inorgánica. Y esta materia inorgánica, sales y micronutrientes, son absorbidos por las raíces presentes en los bosques”, señaló Ricardo.  

La relación entre los ríos y los bosques es simbiótica. Es decir, ambos ecosistemas se benefician y dependen de la relación que hay entre ellos. Además, cada uno ofrece servicios que ayudan a sostener procesos importantes para la vida en el planeta como el reciclaje de nutrientes y el ciclo del agua. “Nosotros tenemos un lema acá en la región norte y es el siguiente: ‘sin bosques, no hay ríos. Y sin ríos, no hay bosques’”, destacó Ricardo.  

Tanto los ríos como los bosques son indispensables para sostener la vida en la Tierra. Por consiguiente, Ricardo invita a las comunidades a que se organicen para promover el uso responsable de los recursos naturales.   

Entrevistados:
Hilda Benítez
Eduardo Álvarez
Deborah Rodríguez Díaz
Publicado: 2020
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“Visualicen un río como las venas del cuerpo humano. Ellas transportan, adicional al agua, muchos nutrientes. Y la importancia del bosque es aprovecha los nutrientes que son transportados por el agua”, expresó el intérprete ambiental.

La relación de los humanos con la naturaleza se transformó significativamente con la llegada de la Revolución Industrial y la Ilustración en el siglo XVIII. La idea del ser humano como parte de la naturaleza se disipó. Desde entonces, muchas personas han visto el mundo natural como un medio para conseguir recursos indispensables para la supervivencia de las personas.

Pero, según Anayra Santory, profesora de filosofía en la Universidad de Puerto Rico y directora de la División Editorial y de Comunicaciones Para la Naturaleza, debido a la crisis climática que enfrentamos, “la naturaleza empieza a jugar un rol protagónico en nuestras vidas ya no solamente

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