Mucho se ha mencionado en los pasados meses sobre la importancia de mantener a un ente regulador independiente que fiscalice el proceso de la privatización y la venta de activos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Pero, ¿cuál es el rol de un “regulador”?

En todas las jurisdicciones del mundo, el ente regulador —en este caso de toda empresa energética pública o privada— está encargado de llevar a cabo la revisión de tarifas, la planificación ordenada de recursos, y la transformación o reestructuración del sistema energético. Dicho organismo tiene como objetivo principal extraer el mejor rendimiento de los entes regulados, es decir, inducir el mejor desempeño de manera que se produzcan beneficios para el interés público. La regulación debe producir resultados comparables a los que produciría la competencia efectiva: costos razonables y servicios de alta calidad. El objetivo es el mismo no importa si se está regulando a un proveedor monopolista o si se están forjando mercados competitivos.

Los reguladores efectivos visualizan los productos y servicios q ue mejor sirven a los clientes, luego diseñan y supervisan las estructuras de mercado que tienen más probabilidades de producir esa necesidad de manera costo efectiva. La intención del regulador al realizar esto es poder definir cuáles son los resultados que se quieren obtener y así definir estándares de cumplimiento a las empresas. De esta manera, los reguladores alinean los intereses privados/particulares con el interés público, manteniendo un enfoque principal de inducir la eficiencia económica y una competencia sana y transparente.

Actualmente, la Comisión de Energía de Puerto Rico es una entidad gubernamental independiente a cargo de regular, supervisar y garantizar el cumplimiento de la política pública energética del Gobierno de Puerto Rico. Es la entidad experta y principal responsable de la toma de decisiones sobre el desempeño de los mercados de energía en la isla, siendo el desempeño sea requerido de un monopolio como la AEE o de proveedores competitivos de generación y otros servicios eléctricos.

La Comisión de Energía tiene bajo su responsabilidad, como ente regulador, garantizar que los proveedores de energía en la isla (AEE y privados) presten un servicio confiable a costos razonables y, asimismo, fiscaliza que estas se desempeñen con altos niveles de calidad. Gracias a la intervención de la Comisión de Energía, se logró paralizar los aumentos de tarifas de energía eléctrica en dos ocasiones, redundando en sobre $750 millones de dólares anuales en ahorros para el pueblo.

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