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Sin pausa los esfuerzos de educación ambiental en la Isla Nena

Los esfuerzos de resiliencia y la protección ambiental en la Isla Nena convergen en un espacio rescatado, desde donde se capacita a los ciudadanos, especialmente a los niños y jóvenes, en diversos temas como la autosuficiencia.

Un plantel escolar en desuso se ha convertido en sede del Centro de Resiliencia y para el Ambiente que promueve el Fideicomiso de Conservación e Historia de Vieques.

Para llevar a cabo una experiencia real, los líderes ambientalistas del fideicomiso –entre ellos, Mark Martin Bras, director de relaciones con la comunidad e investigación de esta organización– solicitaron al gobierno municipal la asignación de ese plantel, el que han convertido en un centro comunitario en pro del ambiente.

“Desarrollamos el Centro Barbosa de Resiliencia y para el Ambiente. Tenemos un salón comunitario, un salón de radiocomunicaciones y un vivero donde hay miles de mangles creciendo para un proyecto que estamos haciendo para restaurar las áreas que el huracán María destrozó, en el bosque de mangle en la bahía bioluminiscente”, compartió el promotor ambiental.

Principalmente, la organización se nutre de fondos federales, aunque también recibe algunos estatales. De igual forma, ha establecido acuerdos colaborativos con instituciones como universidades y entidades dedicadas a la investigación científica, como apoyo al esfuerzo de educación ambiental en la zona.

También hay personas privadas que colaboran a sustentar el fideicomiso, según comentó el también investigador científico.

La misión del fideicomiso, aseguró, es clara: preservar la diversidad de recursos naturales y el hábitat de organismos que se ven amenazados por la proliferación de actividades, visitas y fenómenos atmosféricos en la Isla Nena. Pero, ¿cómo el Fideicomiso de Conservación e Historia de Vieques lo logra? La herramienta principal es la educación.

“Aquí se hace educación ambiental a través del programa MANTAS, se hace investigación científica de la bahía bioluminiscente, monitoreo de la calidad de agua y la abundancia del paxton bioluminocens (grupo de organismos) que vive en la bahía. Somos comanejadores de la reserva natural de la Bahía Bioluminiscente de Vieques con el Departamento de Recursos Naturales y servimos a esa función de educación”, explicó Martin Bras.

Desde su fundación en el 1985, el fideicomiso ha evolucionado en la promoción educativa y de concientización ambiental entre los estudiantes de escuelas públicas y privadas, de Vieques o de la Isla Grande, a través de su Proyecto MANTAS, un movimiento en apoyo a nuestros tesoros ambientales.

“Tenemos diferentes grupos de edades con diversos enfoques. Los chiquitos son para convertirlos en ambientalistas, para que protejan el ambiente; ese es de 5 a 8 años de edad. De 9 a 12 años es para que aprendan un poco de la ciencia y de la naturaleza; y los de 13 a 18 años hacemos que se envuelvan más en el tema y que busquen carreras en estudios relacionados. Les damos entrenamiento, certificaciones y becas”, manifestó el líder comunitario al explicar que el programa para ser guías de la bahía se enfoca en adiestrar a los estudiantes para que le hablen al turista “de cómo hacer las cosas más sustentables cuando estén aquí”.

El fideicomiso también ofrece un programa de becas a estudiantes de escuela superior que deseen continuar estudios universitarios.

“El programa ahora mismo tiene más de 12 becados. Al año se otorgan cuatro becas, dos generales, una ambiental y la de salud, que un donante la hizo para carreras en la salud”, mencionó.

Para fomentar el interés de los estudiantes en los programas educativos del fideicomiso, personal de la organización visita las escuelas para dar charlas de cambio climático, resiliencia, recursos naturales, preparación para desastres, radiocomunicaciones. Aunque visitan todos los planteles, dan prioridad a los que están en la Isla Nena.

Este impacto educativo durante el semestre les permite promocionar el Campamento de Verano, que se lleva a cabo durante los meses de junio y julio. De igual forma, la entidad ha establecido acuerdos para que sus alumnos puedan realizar sus prácticas en investigadores de campo.

En los últimos años, la actividad turística en Vieques ha aumentado, por lo que -atraídos por los bosques, las playas y las actividades recreacionales- muchos extranjeros llegan semanalmente sin advertir que esta isla municipio es casi el refugio de vida silvestre más grande del Caribe, acción que merece mayor educación ambiental, a juicio del director del Fideicomiso.

Entre los planes en curso, Martin mostró el acuario y el museo desarrollado como parte del programa de ciencias ciudadana que integran estudiantes viequenses, de la Isla Grande y otros que viajan desde los Estados Unidos para participar en investigaciones y proyectos de conservación.

“El acuario es de investigación, de educación. Trabaja con estudiantes y lo que se trata es de buscar peces, estudiarlos y después los regresamos al mar”, concluyó Martin.

El fideicomiso ubica en el sector La Esperanza, calle Flamboyán y está disponible al público de lunes a sábado, de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde.

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