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Sin tregua la biotecnología agrícola

Como un método de sustentabilidad alimentaria para la población cobra fuerza la biotecnología agrícola, ante un panorama incierto de una pandemia sin fecha de culminación.

 En esta meta se sigue concentrando la Asociación de Biotecnología Agrícola de Puerto Rico (Prabia). “La industria de los cultivos no puede ser una moda. Los países más exitosos y desarrollados del mundo tienen este sector bien planificado. Debe haber un método bien certero y un compromiso del gobierno. Tenemos científicos súper preparados para darnos a conocer, pero debe colaborar la academia y las agencias del gobierno. Queremos hacer más con menos e ir educando a las comunidades”, resaltó Sol Rosado, presidenta de Prabia.

 Acorde con la Asociación —que comenzó en 1995 la labor de modificar genéticamente las semillas dentro de ambientes controlados y lograr características que mejoren los frutos de la cosecha— el resultado de este trabajo redunda no solo en beneficio alimentario y nutritivo, sino también como una importante fuente de exportación e ingreso para los agricultores y comerciantes de este sector económico.

 En marzo de este año, acorde con los datos brindados por Prabia, la industria exportó cerca de 400,000 libras de semillas —entre los cultivos de maíz, soya, girasol, sorgo, algodón, arroz y trigo, entre otros— a diversos mercados.

Asimismo, durante la temporada alta de invierno, la industria produce la semilla que se utiliza para los ciclos continuos en Puerto Rico y la de resiembra en otras partes de mundo como son: EE.UU., Canadá, Latinoamérica, Asia, África y Australia. Las empresas de biotecnología agrícola exportan cerca del 60% de las semillas que producen y el restante 40% lo utilizan para el ciclo continuo de resiembra y para adelantar generaciones del material genético.

 “La implementación de la tecnología reduce los costos de producción y ayuda a borrar la huella ambiental; es cónsona con cuidar de los recursos naturales. Nos adelantamos a los tiempos creando material genéticamente modificado a la par con el ambiente y la situación del país. Hay que aprovechar las herramientas de la biotecnología ahora, porque nos preocupan otros momentos críticos como nuevas pandemias y los cambios climáticos”, declaró Rosado.

Los datos de la entidad revelaron que esta industria —que cuenta con unos 5,000 empleos directos e indirectos— genera $134.9 millones en ingresos, de los cuales, $80.2 millones tienen un impacto directo en la Isla. Por cada $1 invertido hay un retorno de inversión de $5.36. El 85% de las semillas transformadas del mundo pasan por Puerto Rico. La siembra y cultivo de las empresas de biotecnología es dedicado a la investigación y desarrollo, lo que se convierte en un eslabón vital en la cadena de alimentos y productos no comestibles en el mundo.

Sistema de riego de Bayer

Bayer Crop Science, la división de Bayer Corporation, también ha continuado durante el Covid-19 con su sistema de riego —implementado en sus instalaciones de Juana Díaz— para un mejor aprovechamiento del recurso agua.

 “Tenemos un invernadero que es una herramienta que hace más eficiente el trabajo, y un sistema de riego por goteo que logra una eficiencia en el uso del agua de 90%. Es más eficiente con el uso de sistemas automatizados de control de riego y controles de velocidad de extracción de bombas (“VFD”). Estos ayudan al agricultor a extraer de la fuente de agua únicamente la cantidad que necesita, posibilitando hasta un 99% de eficiencia”, explicó Emmanuel Feliciano, gerente de Agronomía de Cultivos Protegidos de Bayer.

Cerca de un 40% de las fincas de la empresa actualmente cuentan con sistemas automatizados de control de riego y controles de velocidad de extracción de bombas (“VFD”), y el 100% de los campos tiene el sistema de riego por goteo. Para finales del año 2020, esperan alcanzar una automatización en finca de entre un 65% a 70%.

 “Esta iniciativa es parte de los pilares de sustentabilidad y protección del ambiente, enmarcada en una política global de protección de recursos naturales. Además, trae grandes ahorros a la empresa. Lo que se hace normalmente en 20 cuerdas de terreno, en un invernadero lo hacemos en cuatro cuerdas”, afirmó Miguel Pereira, líder de Asuntos Gubernamentales de Bayer, sobre los ahorros económicos que obtiene la empresa, los que no fueron detallados.

Pereira sostuvo, además, que la siembra en el invernadero reduce la cantidad de agua a utilizarse en un 70% en comparación a la siembra en el campo, debido a la utilización eficiente de espacio. El riego comienza con el proceso de monitoreo de humedad para saber si es necesario regar. La mayor pérdida de agua en los sistemas de agricultura a campo abierto se debe a la evaporación del agua por viento y temperatura, por lo que los sistemas de agricultura en ambientes controlados han demostrado una mayor eficiencia en el uso del agua. 

La empresa cuenta con casas de sombreo que tienen el efecto de reducir la exposición directa al sol en las plantas y el suelo. Con ello, la retención de humedad aumenta en 15%, por lo que las plantas necesitan un 15% menos de agua.

Bayer cuenta también con TDRs, o sensores de humedad manuales. Desde 2015 participan en el programa de red de charcas de retención del Departamento de Agricultura de Puerto Rico (DA) y el Servicio Federal de Conservación de Recursos Naturales (NRCS).

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