La mayoría de los vertederos municipales y privados que existen en Puerto Rico se está acercando u opera más allá de su capacidad de desperdicio razonable, lo cual representa un reto para la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

Apremia una solución, a la luz de la gran cantidad de escombros que se generarían cuando inicie la reconstrucción de cientos de viviendas afectadas por los huracanes del año pasado.

La directora de la EPA en Puerto Rico y el Caribe, Carmen Guerrero, reconoció a EL VOCERO que la Isla perdió “una cantidad significativa de espacio de relleno debido a los escombros generados por las tormentas”. Esta crítica situación se está manejando, según la EPA, con el personal de la Junta de Calidad Ambiental (JCA).

“Parte del proceso incluye ayudar al gobierno de Puerto Rico con su capacidad para revisar y permitir nuevas celdas de relleno sanitario. Se espera que se generen residuos sustanciales adicionales a partir de la demolición de viviendas dañadas, la reconstrucción y el proceso de recuperación”, anticipó la también exsecretaria del Departamento de Recursos Naturales (DRNA).

Lo que se proyecta

La estrategia de la agencia federal es que —junto al gobierno local— puedan identificar mecanismos para reciclar y encontrar usos “beneficiosos” a los materiales de demolición para que no ocupen el espacio limitado disponible en los vertederos. Con esta posición coincidieron ambientalistas, organizaciones sin fines de lucro y hasta el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas, entidad clave en la fase de reconstrucción que iniciara en cualquier momento de 2019.

“Con opciones de reciclaje limitadas y aproximadamente 29 vertederos y vertederos a cielo abierto en toda la Isla, la gestión de residuos sólidos ha sido un desafío para Puerto Rico que precede a los huracanes de 2017”, reconoció Guerrero.

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