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“Veleros” cazadores de huracanes prometen revolucionar el modo de pronosticar las tormentas

Parecen barcos de vela ligera, pequeños, tipo Laser o Finn, pero son drones cazadores de huracanes que desplegados en las coordenadas correctas pueden ayudar a medir y registrar cuán intensa será una tormenta o un ciclón. Es una tecnología revolucionaria que acaba de ser lanzada al mar para batirse cuerpo a cuerpo con huracanes. 

Con el recuerdo del huracán Maria aún presente en la vida de los boricuas y una tormenta tropical llegando a Puerto Rico este domingo, esta tecnología podría facilitar el modo en que se predice la intensidad y la dirección de los fenómenos atmosféricos. 

Estos drones cazadores de huracanes miden 23 pies de eslora (largo), 15 pies de puntal (altura), calan 6.5 pies y pesan 1,201 libras. Navegan a una velocidad de entre 3 y 8 nudos y pueden estar en el agua durante 12 meses corridos. Hasta ahora, el viaje más largo que han hecho ha sido de 10,250 millas, lo que equivale a la distancia entre el centro de Puerto Rico y el centro de Estados Unidos … cuatro veces. 

Son capaces de soportar vientos y ráfagas de más de 100 millas por hora. Y como dice Richard Jenkins, fundador y CEO de Saildrone, la empresa con sede en California que creó estos “drones-navegantes”, el problema no son los vientos, son las olas.

“Son muy robustos, pueden soportar ráfagas de más de 100 millas por hora. No es la velocidad del viento lo que afecta a la vela, sino las olas. Son muy estables al viento. [Al ser pequeños] pueden aguantar. Las olas grandes son lo que pueden hacer que se rompan las velas”, explica en una entrevista. 

Tras varios prototipos, llegaron a las medidas exactas. “Al achicar la vela, se reduce la presión sobre ella y el drone tiene más chances de sobrevivir a la tormenta”, dice sobre estos pequeños gigantes que pueden soportar olas de hasta 10 pies de altura. 

“Qué hacen, a dónde van y qué miden, todo eso se controla por satélites”, detalla sobre estos vehículos autónomos equipados -por supuesto- con placas solares.

Los drones cazahuracanes proporcionarán los primeros datos y vídeos de la historia capturados desde la superficie del océano desde el corazón de una tormenta.

Salieron de California a finales de julio pasado, y esta semana llegaron a Jacksonville donde permanecerán por al menos tres meses en busca de ciclones. 

Cuando se topen con tormentas como Fred -o Grace que llegaría el domingo a Puerto Rico- transmitirán datos en tiempo real al control de la misión de Saildrone en una antigua estación aérea naval en Alameda, California, que alberga a su ejército naranja: una flota de más de 100 “drones-navegantes” y a una estación de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) que comenzará a experimentar y combinar estos datos con los de los aviones cazahuracanes.

La gran diferencia entre ambos es que los aviones miden la velocidad del viento y la presión en altura, mientras que los drones acuáticos medirán el calor que viene del océano, la humedad y la temperatura del aire sobre el océano, como así también las corrientes, salinidad y el campo magnético, entre otros datos. 

“No tenemos nada más que haya hecho esto, así que sería extremadamente nuevo y extremadamente valioso”, dice Greg Foltz, un científico de NOAA que participa del proyecto. 

En su “tiempo libre” -mientras no enfrenten tormentas- los drones registrarán la presencia de mamíferos y otros animales en el agua, su concentración de oxígeno y el impacto de los rayos solares. 

Una vez que se forme el próximo huracán en el Océano Atlántico, los Saildrones convergerán hacia él. Se utilizarán dos drones por tormenta. 

“Es una situación un poco extraña en la que obviamente no quieres huracanes por la seguridad de la gente, pero realmente queremos verlos probar la tecnología”, dijo Jenkins a CBS News.

La empresa ya ha probado sus Saildrones en las agitadas aguas del océano cerca de la Antártida, y se ha desplegado una versión más grande -el Surveyor- desde la bahía de San Francisco para cartografiar el fondo del océano en un viaje a Hawaii. Pero hasta ahora no han medido huracanes. 

El origen

Los Salidrones nacieron de una colaboración entre el Pacific Marine Environmental Laboratory (PMEL) con la empresa en 2014, en el marco de un acuerdo de investigación para desarrollar vehículos de superficie no tripulados para recoger datos oceánicos y atmosféricos de alta calidad.

Saildrone puso sus conocimientos de ingeniería en el diseño de los vehículos, software, electrónica y operaciones. Mientras que PMEL aportó su experiencia en ingeniería de sensores, esquemas de muestreo, protocolos de telemetría y acceso a equipos e instalaciones de calibración.

El objetivo del programa es lograr que los drones tengan sensores de calidad equivalente o superior a los utilizados actualmente en las llamadas boyas de la Atmósfera y el Océano Tropicales. “Comprender los procesos físicos de los huracanes es fundamental para mejorar las previsiones de las tormentas mortales y reducir los daños materiales y la pérdida de vidas humanas”, explicaron al anunciar el proyecto este año.

“La mayor laguna en nuestra comprensión de los huracanes son los procesos por los que se intensifican tan rápidamente, así como la capacidad de predecir con exactitud la fuerza que alcanzarán. Sabemos que el intercambio de calor entre el océano y la atmósfera es uno de los procesos físicos clave que proporcionan energía a una tormenta, pero para mejorar la comprensión, necesitamos recoger observaciones in situ durante una tormenta”, dice Jun Zhang, científico de la División de Investigación de Huracanes del Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico (AOML), otro de los partners de este primer experimento. 

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