La inseguridad alimentaria, fenómeno que se manifiesta cuando la población de un país no tiene comida suficiente para su desarrollo, quedó al descubierto levemente en Puerto Rico durante las cuatro semanas subsiguientes al 20 de septiembre, cuando pasó el devastador huracán María.
A pocos días del fenómeno atmosférico, y en el marco de la posición geográfica de la Isla, se experimentó el disloque de los medios de transportación marítima, hubo problemas de comunicación, se afectó la rutina social y económica, y la mayoría de las cosechas sufrieron daños.
Los muelles permanecieron cerrados por más de cinco días, lo que provocó un cambio en la distribución de alimentos a los municipios, y con ello el acceso de la población a los mismos. Esta tendencia es típica en lugares donde ocurren desastres naturales, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En entrevista con EL VOCERO, el secretario de Agricultura, Carlos Flores, consideró que la seguridad alimentaria en Puerto Rico, en momentos de emergencia, no debe recaer en las fincas locales ni en que haya mayor cantidad de siembras. En cambio sugirió la creación de un plan de distribución de alimentos no perecederos, enlatados y procesados para que, cuando venga un huracán, las personas en sus casas puedan sostenerse por un periodo corto.
“Ahora mismo si nosotros hubiésemos tenido el doble o el triple de siembras, el huracán hubiese destruido el doble o el triple de siembras. Cuando nosotros hablamos de seguridad alimentaria, la seguridad alimentaria no es lo que está en el campo, porque cuando viene un huracán se pierden todas esas cosechas”, explicó.
De hecho, en días recientes la Asociación de Agricultores de Puerto Rico estimó que cerca del 95% del consumo agrícola en Puerto Rico es importado, esto luego de que el huracán dañara el 80% de la producción agrícola. Las más lastimadas fueron las siembras de plátano, guineo, papaya, yuca, yautía y ñame.
Flores opinó que la seguridad alimentaria es un asunto económico importante, ya que beneficiaría a las personas con alimentos más saludables, frescos y que se puedan almacenar. “Es una falacia pensar que entre más siembras tengas, más seguridad alimentaria tengo después de un desastre”, abundó.
Bajo la administración de Alejandro García Padilla, la entonces secretaria de Agricultura y experta en economía agrícola, Myrna Comas Pagán, había advertido sobre insertar una política pública que persiguiera la seguridad alimentaria para emergencias, estableciendo como justificación que el 85% de los alimentos que se consumen a la Isla son importados.
A estos fines, Comas Pagán presentó un plan de seguridad alimentaria en 2015, que incluía una radiografía para conocer los terrenos agrícolas disponibles y la canasta alimentaria básica recomendada para Puerto Rico.
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