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Protección contra huracanes para cualquier organización, grande o pequeña

Mark E Curry

Parecería que apenas ayer mismo estaba pendiente al rastreador de huracanes, viendo cómo el huracán María se fortalecía en el océano Atlántico. Acababa de llegar a California para unas reuniones de negocios, pero cuando vi que María se dirigía rumbo a Puerto Rico, supe que tenía que regresar lo antes posible. Pude agarrar uno de los últimos vuelos de entrada y llegué casi 12 horas antes que María. Me refugié y esperé que la tormenta llegara a San Juan, sin tener idea de si estaba lo suficientemente preparado.

Al haberme criado en el medio oeste de los Estados Unidos pude experimentar muchísimos tornados y vientos fuertes, pero nada de eso me preparó para lo que vi ese día, y en los días y meses después del huracán María. No me tomó mucho tiempo darme cuenta que no estaba nada preparado, especialmente a la hora de asegurar que nuestro personal y sus familias tuviesen los recursos necesarios. Justo esta semana ansiosamente velé la trayectoria de la tormenta Beryl, y al fin caí en cuenta de que la temporada de huracanes ya llegó de nuevo. He podido reflexionar bastante en cuanto a mi experiencia y lo que hubiese hecho de manera distinta, y ahora sé cómo prepararme mejor para los desastres naturales y cuidar mejor de mi personal después de una catástrofe.

Primero: hay que tener los suministros adecuados. En mi experiencia, los abastos básicos fueron lo más difícil de conseguir, así que es sumamente importante tener suficiente agua embotellada y alimentos enlatados. También recomiendo que tengan contenedores disponibles para almacenar agua en caso de que los empleados necesiten suministros adicionales. Otros abastecimientos que suelen escasear luego de un huracán son el combustible (para vehículos y generadores) y el dinero en efectivo. Las filas en las gasolineras y los cajeros automáticos pueden durar horas, y si las redes de telecomunicaciones fallan, es posible que los sistemas de tarjeta de crédito fallen también. La isla depende de “solo efectivo” por bastante tiempo. Abastecerte de combustible y efectivo antes de que llegue el huracán te ahorrará muchísimo tiempo y energía. Además, con estos suministros podrás cuidar mejor de tus empleados y de sus necesidades.

Segundo: crea un plan de emergencia. Una de las primeras cosas que debes hacer luego de un desastre natural es asegurarte de contabilizar a todos tus empleados. Esto puede ser extremadamente difícil si los sistemas de comunicación fallan y más aún si no has implementado un plan de emergencias. Sería útil designar un solo punto de contacto fuera de la isla, que los empleados puedan contactar para obtener información o comunicar su situación y sus necesidades, incluso a través de páginas privadas en las redes sociales. Además de crear un plan para comunicarte con tus empleados, también necesitarás un plan para determinar y comunicar la condición de tus instalaciones. ¿Sufriste daños? Si este es el caso, ¿cuándo podrán los empleados regresar a su lugar de trabajo? Tener estos planes establecidos con tiempo te ayudará a ofrecer una respuesta más rápida y cohesiva.

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