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¡A Transportarnos en Bicicleta Eléctrica!

Desde Boston hasta Buenos Aires, y desde Barcelona hasta Bangkok, un nuevo y revolucionario medio de transporte está cobrando cada vez más popularidad en las principales ciudades del mundo. Un medio de transporte que ofrece gran conveniencia, libertad de movimiento, mejor salud, y muchos miles de dólares en ahorros para cada uno de nosotros. No, no estamos hablando de los carros eléctricos, para los cuales hace falta infraestructura costosa que tardará años en Puerto Rico. Estamos hablando de algo mucho más fácil y económico, y disponible ahora mismo: las bicicletas eléctricas. 

A diferencia de una bicicleta regular, la bicicleta eléctrica tiene un motor con batería eléctrica que asiste el pedaleo. El motor puede lograr una velocidad de hasta 28 millas por hora. Esto hace posible que nos transportemos a destinos lejanos rápidamente, pero sin sudar. También nos permite evitar tapones, y a menudo llegar más velozmente a nuestro destino que usando un carro. La bicicleta eléctrica no necesita gasolina. Para recargar la batería, simplemente la enchufamos en cualquier lugar que tenga electricidad, y en poco tiempo se recarga. Podemos ‘llenar el tanque’ de nuestra bicicleta eléctrica mientras uno leemos el periódico en casa, o en la oficina mientras trabajamos, o en la panadería mientras almorzamos. Con una carga completa de la batería, podemos pedalear desde 40 a 100 millas de distancia, dependiendo del tipo de batería. Cuando nuestro carro se queda sin gasolina, el motor se apaga y nos quedamos a pie. Si se nos acabara la carga de nuestra bicicleta eléctrica, no habría problema pues podríamos seguir pedaleando sin asistencia del motor.   

Al igual que una bicicleta regular, la bicicleta eléctrica es perfectamente legal, y no requiere ni marbete, ni tablilla, ni licencia de conducir. Además, mientras el precio promedio de un carro nuevo en Puerto Rico ronda los $40,000, el precio promedio de una bicicleta eléctrica nueva es de tan solo $3,000. Algunas solo cuestan $1,000. Cuando tomamos en cuenta otros costos importantes de tener automóvil — como gasolina, arbitrios, impuestos de venta, intereses de préstamos bancarios, depreciación, mantenimiento, estacionamiento, y seguro — los ahorros que genera una bicicleta eléctrica para el puertorriqueño promedio pueden alcanzar unos $15,000 anuales. Esto quiere decir que, todos los años, podemos tener $15,000 adicionales en nuestras cuentas de banco. Esto es dinero que podemos invertir para nuestro retiro, o usar para nuestra salud, educación, y comida, en vez de gastárnoslo en deuda, combustible, y mantenimiento de un carro.

Hablando de salud, estudios científicos demuestran que transportarnos en bicicleta eléctrica mejora nuestra salud física y mental. Con el carro nuestra salud se deteriora, ya que no ejercitamos nuestro cuerpo, y conducir, especialmente en tapones, nos genera mucho estrés. Los puertorriqueños perdemos varios años de nuestras vidas en tapones. La mejora en salud no solo beneficia a los que se transportan en bicicleta eléctrica. También beneficia la economía del país, ya que las personas que se transportan en bicicleta eléctrica son generalmente más saludables, más productivos, más longevos, y requieren menos servicios de salud. También eliminamos dióxido de carbono de la atmósfera que nos protege, gases tóxicos del aire que respiramos, y altos niveles de ruido del entorno en que vivimos cuando nos transportamos en bicicleta eléctrica. Todo esto mejora nuestra salud. 

¿Es viable transportarnos en bicicleta eléctrica si carecemos de infraestructura vial para ciclistas? Afortunadamente, gracias a la velocidad de las bicicletas eléctricas, podemos transitar en el mismo carril que los carros en muchas partes de la ciudad. La razón es que, en estos lugares, en bicicleta eléctrica viajamos a la misma velocidad, y a veces hasta más rápido que los carros, los cuales están estancados en tapones. ¿Y cómo llevamos a los hijos a la escuela, o cómo vamos de compras? Fácil, hay bicicletas eléctricas de carga, con amplio espacio y asientos para transportar niños, o para cargar la compra.

Cierto, a veces es necesario transportarse en carro, como cuando uno va a transportar varios adultos de San Juan a Mayagüez, o a cargar una máquina de lavar ropa. Pero para muchos de nuestros viajes cotidianos, la bicicleta eléctrica es un substituto perfecto. También es cierto que el Departamento de Transportación y Obras Publicas debería crear muchos más carriles para transportarse en bicicleta. Pero no necesitamos estos carriles para transportarnos en bicicleta eléctrica hoy mismo. La salud de nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro medio ambiente, y nuestro bolsillo no puede esperar más.

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