Justo cuando el aire en la isla está repleto de hongos, esporas y pólenes de árboles, el hollín producto de la combustión de gasolina o diésel que emana de los generadores eléctricos se ha convertido en un nuevo factor de riesgo para las personas con condiciones respiratorias.

Así lo advirtió ayer el doctor Benjamín Bolaños, catedrático asociado del Departamento de Microbiología del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), quien alertó que esta situación afecta tanto a los asmáticos como a las personas con alergias.

“Antes esa contaminación adicional (el hollín) se veía en las horas de más tráfico, temprano en la mañana y cayendo la tarde. Ahora, es casi todo el tiempo”, expresó.

Ayer, la Estación de Aerobiología de San Juan, la cual se monitorea diariamente desde el RCM, marcó “alerta naranja” o niveles altos de hongos y pólenes de árboles.

Además, Bolaños destacó que es posible que, además de hongo en el ambiente, haya hongos dentro de los hogares por la humedad de las lluvias y las inundaciones.

“Ha aumentado el crecimiento de hongos en el interior. Lo importante es controlarlo”, dijo al recalcar que esto puede provocar molestias e irritación en la mucosa respiratoria y los ojos.

Para combatir el hongo, el científico recomendó ventilar los hogares, abrir ventanas y limpiar con desinfectantes.

Ante la falta de energía eléctrica en gran parte del país, Bolaños deploró el que no se puedan usar instrumentos como deshumidificadores.

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