El paso del huracán María nos ha dejado con impresiones, problemas e historias. Una de las historias que aún no ha terminado es la del destino de nuestros árboles caídos. Puerto Rico cuenta con cerca de 1.5 mil millones de árboles en sus bosques, a lo largo de caminos rurales y calles urbanas. La mayoría de estos árboles son jóvenes y de diámetro pequeño, pero muchos son grandes, de madera dura y tropical muy valiosa.
La isla fue severamente defoliada por los vientos huracanados y por un momento tuvimos un paisaje marrón y árido. ¡Fue desgarrador para aquellos que amamos los árboles! Sin embargo, la mayoría de nuestros árboles logró sobrevivir al desastre. En pocos días observamos cómo empezaron a crecer nuevas hojas y cuatro meses luego, recobramos nuestro manto verde.
Claro está, no todos nuestros árboles sobrevivieron. Los árboles y ramas caídas bloquearon las carreteras y dañaron líneas eléctricas e infraestructura. Se estima que entre 20 y 30 por ciento de nuestro árboles fueron derribados o dañados por el fenómeno atmosférico. Los municipios y agencias estiman que el ciclón dejó más de 5 millones de yardas cúbicas de desechos vegetativos y cientos de miles de grandes troncos derribados a lo largo de las vías.
La prioridad ha sido despejar los caminos, remover escombros que bloquean los drenajes para evitar inundaciones, y desecharlos. Los planes iniciales sobre qué hacer con el material removido, fueron el disponerlo en vertederos o quemarlo. Estas opciones no consideraron el tremendo valor de los árboles y la necesidad de manejarlos, no como basura, ¡sino como tesoro! Los árboles caídos tienen valor como viruta, composta, carbón y madera. En el esfuerzo de recuperar este material hay una oportunidad para hacer crecer nuestras empresas y comunidades por medio del uso de equipos y conocimiento. Se puede convertir estos desechos de madera en recursos valiosos.
La madera es un recurso renovable único que puede apoyar el desarrollo cultural y económico de un país. Actualmente, el material vegetativo recolectado se tritura para convertirlo en viruta, en muchos casos reservando grandes troncos por su valor como madera. Una vez trituradas, 5 millones de yardas cúbicas de desechos vegetativos equivalen a cerca de 1.4 millones de yardas cubicas de mantillo o viruta. El mantillo de alta calidad vale entre $10 y $65 por yarda cúbica. Mientras, los troncos de 12 pulgadas de diámetro y seis pies de largo son material maderable muy valioso. El precio de la madera dura de los troncos fluctúa entre $5 y $60 dólares por pie tablar, lo que añade gran valor a la producción de muebles, artesanías, instrumentos musicales, capacitación vocacional o la exportación.
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