El alcalde de Cabo Rojo, Roberto Ramírez Kurts, ordenó el cierre de las playas, rampas de botes y barras del municipio a partir de mañana, 15 de julio, hasta el 26 de julio, para controlar el alza de casos de COVID-19.

“Aun cuando hemos sido proactivos y hemos orientado a la ciudadanía, visitantes y comerciantes sobre las medidas de seguridad necesarias para controlar la propagación del COVID-19, las autoridades de salud y nuestro sistema de rastreo de casis revelan un aumento en los casos positivos al virus en las últimas semanas”, lee la orden ejecutiva emitida hoy por el alcalde.

El ejecutivo municipal también ordenó un toque de queda que comenzará a las 7:00 p.m., tres horas antes del establecido por el gobierno central, y acabará a las 5:00 a.m.

“Solamente podrán transitar fuera de este horario, todo aquel ciudadano cuyo trabajo así lo requiera mediante autorización patronal” o personal esencial y de primera respuesta, se establece.

Asimismo, todo comercio permanecerá cerrado los domingos 19 y 26 de julio, con excepción de gasolineras, farmacias y panaderías. Se permitirá la entrada de clientes a comercios y facilidades al 50% de su ocupación máxima.

En los pasados días, circularon imágenes y videos en las redes sociales de una muchedumbre congregada en un área de Boquerón, sin seguir las prácticas recomendadas de distanciamiento social, en momentos en que aumentan los contagios del COVID-19.

Hasta el 13 de julio, Cabo Rojo acumulaba 110 casos positivos y dos fallecimientos, para una población de casi 51,000.

El alza de contagios del nuevo virus coincide con la más reciente fase de reapertura bajo la orden ejecutiva emitida por la gobernadora Wanda Vázquez Garced, con vigencia hasta el 22 de julio. Queda por verse si la mandataria acoge las recomendaciones del sector médico para tomar posibles medidas adicionales para controlar el coronavirus.

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