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Caficultores cautelosos con la importación de café

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EL ANUNCIO de que el gobierno de Puerto Rico importará dos millones de semillas de café procedente de México, fue tomada con cautela por un reconocido caficultor por entender que podría tener un impacto a largo plazo en la calidad del café de la Isla.

Luis Curbelo, propietario de la finca La Perla en Mayagüez, aseguró que la medida del Departamento de Agricultura no es del todo descabellada, debido a que la inmensa mayoría de las fincas de café de la isla fueron destrozadas por el huracán María, pero mostró preocupación por conocer cuál es la calidad de esa semilla que entrará en la Isla.

“Vamos a darle el beneficio de la duda. Hay que ver si esas variedades que se van a importar van a utilizarse en una investigación de la Estación Experimental Agrícola y que pase por un proceso que diga que esa semilla se puede adaptar a Puerto Rico porque tiene unas cualidades y unas características que vaya a beneficiar la caficultura de nosotros”, sostuvo Curbelo.

El secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega, anunció a mediados de mes una alianza colaborativa con la Fundación Starbucks para traer la semilla desde México y aseguró que se tomarán las medidas necesarias para minimizar el riesgo de plagas o enfermedades en los lotes que transportarán la semilla. No se informó, de inmediato, cuándo comenzaría a llegar el grano a la Isla.

“Hay que reforzar la semilla que tenemos. Pero cuidado, que por falta de semilla, no tengamos unas variedad que no vaya a ayudar al café de aquí”, destacó Curbelo, cuya finca produce las marcas de café Bateyes, Aurora y Café El Conuco.

El reconocido caficultor subrayó la importancia de saber si esa semilla es susceptible a distintas enfermedades como, por ejemplo, la roya una plaga producida por un hongo que afecta principalmente a la hoja del cafeto y que provoca que se debilite la planta y que el fruto se caiga antes de madurar.

“Aquí en Puerto Rico ya hemos desarrollado variedades muy buenas como el Frontón, que son muy resistentes y de gran calidad”, subrayó.

Durante el paso del huracán María, el 80% de la cosecha del café se perdió y la industria cafetalera, que de por sí ya atravesaba por momentos difíciles para su sobrevivencia, quedó en precario y las pocas fincas que aguantaron el embate y que podrían tener frutos para la próxima cosecha (que inicia en septiembre), enfrentan otros problemas que ya existían y que se agravaron con la situación socioeconómica del país.

“En mi caso, tengo 45 cuerdas de café y gracias a Dios no se afectó. Voy a tener una excelente cosecha, pero siempre y cuando logro recogerlo, porque el problema que tenemos es que no hay manos para recoger el café”, sostuvo Curbelo quien indicó que el problema de mano de obra existía desde antes del huracán, pero se agravó luego del paso del fenómeno atmosférico.

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