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Celebramos el Día Mundial de las Aves Playeras

Anualmente, durante el otoño e invierno, llegan a las islas de Puerto Rico aves que vienen de distintos lugares en el hemisferio norte. Ellas descansan y se alimentan aquí, para luego continuar su viaje hasta lo más lejano del hemisferio sur. Durante esta temporada, podemos ver aves playeras alrededor de nuestras costas, ya sea en playas rocosas, playas de arena, humedales, ríos y salitrales.

Las aves playeras son uno de los grupos más grandes y difíciles de identificar ya que cuando llegan a Puerto Rico han perdido su plumaje nupcial -es decir, ese plumaje colorido que los distingue- por lo que la gran mayoría van a tener colores muy similares en sus plumas.

Las aves playeras que migran hacia nuestra isla, son de diferentes tamaños. Algunos pueden ser pequeños como un playero blanco o grandes como un ostrero. A veces se les ve correteando en la orilla de la playa, otras se les ve descansando en las eolianitas o en las rocas de playa y en otros casos se ven volando en bandadas.

El pasado 6 de septiembre se celebró el Día Mundial de las Aves Playeras. Este día, más que una celebración, se utiliza para crear conciencia sobre la protección de las aves playeras que nos visitan, sobre la importancia de protegerlas y preservar sus hábitats.

Los compañeros y las compañeras de la región Metro Centro de Para la Naturaleza nos unimos al esfuerzo del Día Mundial de las Aves Playeras con un conteo de aves en la costa de Loíza. Comenzamos temprano en la mañana en la Pocita de Piñones y terminamos el día en la desembocadura del Río Grande de Loíza. En la Pocita de Piñones, en una caminata de solo 0.67 millas y una observación de 1 hora y 38 minutos, pudimos contar 15 especies de aves de costa.

Entre ellas se encuentra el hermoso ostrero con su pico grande y anaranjado, el chorlito cabezón aún con su plumaje nupcial un poco visible, el chorlito acollarado con su característico collar y pequeño pico, el playero turco siempre con su grupo, el playero arenero con su claro plumaje, y el playero menudillo con sus patas amarillas.

También, logramos observar aves más grandes como el charrán piquiagudo, charrán real, pelicano pardo, garza real, garza blanca, martinete y tres majestuasas águilas pescadoras buscando alimento. Las aves que, normalmente, vemos cerca de nuestras casas como la reinita común, la tórtola cardosantera y la tórtola aliblanca también estuvieron presentes.

En la desembocadura del Río Grande de Loíza logramos avistar con nuestros binoculares unas 15 especies de aves, algunas de ellas por primera vez. Estas son: la gaviota gallega, el charrancito, el charrán común, la enorme y siempre presente tijereta, un carpintero en el bosque costero y dos garzas azules molestando a las demás aves. Entre los dos lugares visitados vimos un total de 170 individuos.

Es importante que sepamos que no estamos solos ni solas en este mundo, que esas playas y ríos que tanto disfrutamos también son el hogar de muchas especies que a veces no vemos porque no conocemos. Debemos mantener nuestras costas limpias para que estas aves que vienen de visita puedan continuar saludablemente su camino a casa y para que las especies que permanecen en la isla tengan un hogar seguro y tengan dónde hacer sus nidos sin interrupción de los humanos.

Debemos seguir impulsando la protección de nuestros ecosistemas, tanto bosques como playas, y seguir protegiendo las especies más vulnerables. Al final, nosotros y nosotras también vamos a disfrutar de las cosas que la naturaleza nos provee, incluyendo los avistamientos de estas hermosas aves playera

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