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Comienza a orbitar la Tierra el primer satélite puertorriqueño

El primer satélite puertorriqueño, el PR-CuNaR2, fue puesto en órbita exitosamente esta mañana desde la Estación Espacial Internacional (EEI). El histórico acontecimiento fue seguido de cerca por el equipo de estudiantes del recinto de Bayamón de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y el profesor Amílcar Rincón, quienes son los creadores del ingenioso artefacto y celebraron el emocionante momento entre aplausos y felicitaciones.

La puesta en órbita del satélite ocurrió a eso de las 8:30 a.m., según la transmisión desde la EEI que se pudo ver en las pantallas del laboratorio de la Escuela de Ingeniería del recinto de la Inter de Bayamón. Desde ese instante, explicó el profesor Rincón, el PR-CuNaR2 estará orbitando alrededor de la Tierra y, si todo continúa ocurriendo sin contratiempos como hasta el momento, para el viernes comenzaría a enviar las primeras señales.

“Esperamos que esto sea el ejemplo de que Puerto Rico tenemos talento y tenemos la capacidad de desarrollar todo lo que nos propongamos. Somos un país que, aunque pequeñito pero con mucho talento y muchas ganas de hacer cosas. Invito a toda la juventud de Puerto Rico para que sigan estudiando sobre todo carreras que nos lleven a ser un país tecnológico. ¡Que sigamos soñando! El que no sueña no llega nunca a ningún lado”, afirmó emocionado el doctor Rincón.

El satélite funcionará como un “laboratorio flotante” para, aprovechando las condiciones que se dan en el espacio, hacer experimentos con “partículas de diferentes tamaños y diferentes materiales” que están en su interior, y poder así investigar las teorías sobre la formación de planetas, asteroides y estrellas jóvenes, hasta que eventualmente se acabe su vida útil y se queme al entrar en la atmósfera terrestre.

El profesor explicó que, una vez liberado a su órbita, unos 30 minutos después el satélite comenzaría a encender sus equipos, para poder luego realizar sus experimentos. Paralelamente, un sistema de control lo alinearía para que su antena esté “mirando hacia la tierra”, y así pueda enviar y recibir señales. Luego comenzarían a enviarle señales desde una estación en Texas, y allí recibirían “paquetes de 10 minutos, en este caso serían de video, y luego lo vamos compactando y creamos entonces el video completo para su futuro análisis” y posterior publicación en diversos medios.

Rincón comentó que el proyecto comenzó desde el 2014, con diferentes etapas, que incluyeron globos atmosféricos y otros prototipos de satélite, hasta poder lograr una propuesta que fue aceptada por la NASA, luego de competir con otras propuestas que también buscaban que la agencia aeroespacial cubriera el costo y la transportación necesaria para poner su satélite en el espacio.

“Son millones que cuesta colocar algo en el espacio. Y uno de los requisitos de la NASA, para que te aprueben esta propuesta, es que tú tienes que demostrar que tienes una trayectoria, y que tienes el ‘expertise’ necesario para colocar algo en el espacio. Hay muchas universidades que solicitan colocar, pero si no tienes el ‘background’, ese trasfondo que hemos trabajado durante 10 años, pues no podían”, comentó Rincón.

El logro del equipo de la Inter ha tenido importantes repercusiones para esta universidad y otras de la Isla. Según explicó el profesor, ellos ya trabajan en otro proyecto de satélite que, si consiguen llevarlo al espacio, se quedaría dentro de la EEI. También hay otros proyectos en la mira, “porque ya hemos recibido, otras universidades en Estados Unidos quieren que los ayudemos a construir otro satélite. Y eso también ha puesto a profesores de otras universidades, de la UPR (Universidad de Puerto Rico) y universidades privadas, a que colaboremos también en esta fase, porque esto es un proyecto educativo”.

Mencionó que hay universidades interesadas en colaborar de Nueva York, Michigan, la Universidad Central de la Florida, “y una hasta en Turquía, que nos solicitó que fuéramos como profesor visitante a poder ayudarlo a que esa universidad y otras en Turquía pues puedan despegar en el área aeroespacial. Hemos llegado a nivel de Centroamérica, Suramérica, Argentina, Colombia. Ha puesto a Puerto Rico en el mapa en desarrollo de tecnología como esta”.

Por su parte, Jesús Marrero Colón, estudiante de ingeniería de computadoras y participante del proyecto como líder del área de software y computadoras, comentó que el lanzamiento y puesta en órbita del satélite “es grande, nos sirve de motivación. Es una meta trazada y nos motiva a seguir trazando más y más”.

Abundó que además del área de ingeniería de computadoras, para confeccionar el PR-CuNaR2 también participaron estudiantes de ingeniería eléctrica e ingeniería mecánica. En total, estuvieron involucrados unos 25 estudiantes, aunque si se cuentan las fases anteriores, han sido unos 65 lo participantes.

El PR-CuNaR2 fue lanzado al espacio en la Cápsula Dragon del cohete Falcón 9 desde Cabo Cañaveral, Florida, como parte de la Misión 23 de la empresa SpaceX. Al día siguiente, la Cápsula Dragon hizo su acoplamiento a las 10:40 am en la EEI, donde el satélite boricua estuvo hasta esta mañana.

El PR-CuNaR2 pesa 5.6 libras y mide cuatro pulgadas de ancho por cuatro pulgadas de largo y 12 pulgadas de alto. Comenzó a desarrollarse hace tres años como parte del proyecto ElaNa 37 de la NASA. Durante su desarrollo, han participado unos de 25 estudiantes de diversos programas de ingeniería de la Universidad Interamericana de Bayamón. Sin embargo, el primer prototipo de este microsatélite se construyó en el 2013. Desde la creación del primer prototipo hasta concluir su construcción y desarrollo, unos 65 estudiantes aproximadamente, entre mujeres y hombres, han formado parte de este proyecto. El satélite está construido de aluminio, celdas fotovoltaicas, baterías y otros materiales que fueron aprobados para ser utilizados en el espacio.

El satélite está preparado para orbitar durante dos años, pero pudiera estar por más tiempo en el espacio. Mediante la integración de celdas fotovoltaicas el satélite carga sus baterías que son las que le proveen la energía para funcionar. Como el PR-CuNaR2 no tiene propulsores éste será atraído por la atmósfera y se desintegrará sin crear desechos espaciales.

Como parte de las entidades que han colaborado en el esfuerzo de desarrollar este proyecto se encuentra el NASA Puerto Rico Space Grant Consortium, la Universidad Central de la Florida, Universidad de Michigan, el Instituto Espacial de la Florida, la compañía Aerospace Corp. y las empresas locales Engiworks y Precision Experts.

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