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Conoce a la “Abeja boricua”, una especie nuestra que puede salvar al mundo

El 20 de mayo ha sido declarado como el Día Mundial de las Abejas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Este año, en Puerto Rico se destaca y se presenta una abeja realmente especial: La Abeja Puertorriqueña, conocida científicamente como gAHB, o Abeja de Miel Dócil Africanizada, por sus siglas en inglés.

Esta especie de abeja de Puerto Rico es híbrida, tiene una genética única y se ha proliferado localmente gracias al apoyo de científicos, así como de una iniciativa apoyada por la organización Karma Honey Project (KHP), una de varias entidades que desde 2017 realizan esfuerzos de conservación sobre las abejas.

Su misión “Salva una Abeja, Salva el Mundo” lleva un mensaje educativo, de concienciación ambiental y esfuerzos filantrópicos para ampliar las poblaciones de abejas en Puerto Rico.

Según el doctor Bert Rivera Marchand, biólogo especialista en ecología molecular y experto en el tema por más de 15 años, la evolución genética de la abeja boricua podría ser la solución para revertir la pérdida de abejas en nuestro planeta, ayudando a crear y fortalecer poblaciones de esta especie laboriosa y mansa que poliniza dos de cada tres alimentos y es crítica para el sector agrícola, así como para la seguridad alimentaria del mundo.

“Las abejas de miel del planeta, en su mayoría, están muriendo por enfermedades, a las cuales las abejas boricuas son resistentes. Nuestras abejas podrían contribuir a solucionar esta crisis mundial”, destacó Rivera Marchand.

Se estima que un 80% de todas las siembras dependen de la polinización de las abejas y actualmente hay una severa crisis en la agricultura por la drástica reducción en las poblaciones a nivel mundial.

Y sin alimentos, la especie humana se ve amenazada, en especial en los países más pobres.

“Sin las abejas, no hay futuro porque al no haber polinización natural, no habría alimentos”.

Candice Galek, fundadora de KHP.

El experto ha trabajado en coordinación con otros científicos estudiosos de las abejas, incluyendo al doctor Tugrul Giray.

Recientemente, los científicos han confirmado que esta abeja, exclusiva de Puerto Rico, tiene una combinación de rasgos favorables que ha podido asimilar de las abejas europeas, así como de las africanas.

La abeja puertorriqueña es relativamente dócil, produce y almacena una amplia cantidad de miel de una manera parecida a las abejas de Europa (Apis mellifera), mientras que es muy resistente a los parásitos y enfermedades de climas cálidos que están destruyendo anualmente a miles de abejas a nivel mundial.

Esta resiliencia y fortaleza contra factores debilitantes y mortales, la ha adquirido nuestra abeja de la especie africana (Apis mellifera scutellata).

El resultado de este cruce en una especie mansa y productiva con mayor resiliencia para enfrentar airosamente los retos climáticos y las plagas.

El proyecto de Karma Honey Project (KHP), fundado en 2018 como una iniciativa educativa sin fines de lucro, cuenta actualmente con 325 colmenas instaladas en Río Grande, Dorado, El Yunque, Cataño, Fajardo y Cubuy.

Las colmenas se han establecido en los techos de hoteles, escuelas, fincas agrícolas y granjas, así como en hogares.

Algunas de las empresas y proyectos que actualmente forman parte de este esfuerzo incluyen: El Fairmont Hotel San Juan en Isla Verde y el Hotel Hyatt Regency en Río Grande, el bar La Factoría, el Chocobar Cortés y el restaurante Marmalade en el Viejo San Juan, “Culinary U” y Fusion Farms, un finca acuapónica en Mayagüez.

KHP se nutre de más de 235 voluntarios y seis empleados para llevar a cabo las labores de recolección de miel, instalación y manejo de colmenas, entre otras tareas.

“En Karma Honey Project queremos contribuir y educar para la protección de las abejas, la agricultura y la seguridad alimentaria en la Isla. Sin las abejas, no hay futuro porque al no haber polinización natural, no habría alimentos”, dijo Candice Galek, fundadora de KHP.

La miel envasada por la empresa se distribuye y vende localmente. Cada colmena produce entre 50 a 150 libras de miel cruda por año, dependiendo de la ubicación de las colmenas, así como de la flora y fauna de la región.

Según Galek, el 100% del dinero procedente de las ventas se reinvierte en la producción e instalación de más colmenas a través de todo Puerto Rico, ayudas a agricultores para polinizar sus siembras agrícolas tradicionales y urbanas, apoyo a estudios de investigación sobre estas especies, educación a niños y adultos en general sobre la importancia de las abejas y para sembrar girasoles y flores silvestres que ayuden a nutrir a las abejas en toda la Isla.

Conforme reflejan datos de KHP, las abejas aumentan la producción de frutas, vegetales, legumbres y verduras hasta un 60%, debido al proceso de polinización, factor vital para la agricultura y la seguridad alimentaria.

Según estadísticas de la industria de alimentos en Puerto Rico, el país importa más de un 80% de los alimentos que consume y tiene en promedio seguridad alimentaria de 21 días si se viera afectada la llegada de carga marítima y/o aérea que transporta alimentos a Puerto Rico.

Con el devastador paso de los huracanes Irma y María en el 2017, la población de abejas en Puerto Rico se afectó y su población se redujo en cerca de un 80% según informes del Departamento de Agricultura de Puerto Rico.

La abeja de Puerto Rico se ha estudiado ampliamente desde 2001 para profundizar en el conocimiento de esta especie, que se cruzó con otros tipos de abejas y se ha ido transformando genéticamente tras la llegada de abejas africanizadas que fueron desplazando a las abejas europeas cerca de 1994.

Su docilidad, capacidad de producción, fortaleza genética y resiliencia podrían incluso permitir que esta especie se pudiera exportar a los Estados Unidos y otras jurisdicciones para comenzar a crear poblaciones de abejas boricuas en la diáspora que ayuden al sector agrícola y agroempresarial en un futuro cercano.

A tales efectos, Rivera Marchand y otros especialistas trabajan con autoridades federales y estados que han mostrado interés en llevar a cabo estas iniciativas.

“Las abejas puertorriqueñas son ejemplo de la resiliencia, pasión, el carácter dócil y la capacidad de trabajar en equipo que nos destaca como pueblo y nos ayuda a salir fortalecidos de cada crisis enfrentada. Celebramos este descubrimiento con Puerto Rico y los exhortamos a proteger las abejas para garantizar un futuro de seguridad alimentaria y prosperidad”, finalizó Rivera Marchand.

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