En su devastador paso por Puerto Rico hace siete meses, el huracán María pudo haber causado mortalidad o daños severos a entre 23 millones y 31 millones de árboles, reveló una investigación del Departamento de Energía de Estados Unidos y la Universidad de California, Berkeley.
El estudio, descrito por sus autores como una “evaluación rápida” post-María, analizó imágenes satelitales combinadas con técnicas de procesamiento. Por tal razón, los científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley advirtieron que el impacto sobre la cubierta forestal pudiera ser mayor.
A esos efectos, indicaron que se requieren investigaciones de campo, que se llevarán a cabo en el transcurso del año.
Específicamente, los investigadores evaluaron el daño observando los cambios en el reflejo de la superficie de la luz visible e invisible. El ojo humano puede discernir colores en el espectro visible, pero, al medir en luz infrarroja, se obtiene una imagen “mucho más precisa” del impacto sobre los árboles, explicó Jeffrey Chambers, experto en biogeografía forestal y quien lideró el equipo que hizo el estudio.
“Cuando la luz del sol rebota en la vegetación verde se ve de una manera, y cuando rebota en la vegetación sin hojas o árboles caídos es muy diferente. Encontramos cambios dramáticos en el espectro de los bosques asociados al daño, la mortalidad de árboles, las hojas caídas y los doseles”, dijo Chambers, científico del Área de Ciencias Terrestres y Ambientales del Laboratorio, así como profesor de Geografía en la Universidad de California, Berkeley.
recisó, en declaraciones escritas, que los investigadores observaron imágenes de Landsat 8, un satélite que toma fotos “detalladas” de la Tierra cada 16 días. Compararon imágenes de antes y después del huracán, y eliminaron los efectos asociados a las nubes y sombras. Hallaron, entre otras cosas, que el daño no estaba distribuido uniformemente en los bosques de la isla.
“La intensidad del cambio varió mucho en toda la isla. Ahora queremos entender mejor por qué algunos bosques son más vulnerables que otros, y qué factores controlan las diferencias en cómo los bosques se vieron afectos. ¿Fue la especie? ¿Fue la pendiente? ¿Fue la ubicación respecto al viento? El tipo de suelo y la profundidad de enraizamiento también son factores importantes”, indicó.
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