El Museo de Arte Moderno de Nueva York, uno de los más importantes del mundo, reabrirá sus puertas el próximo 21 octubre tras haber permanecido cerrado desde junio debido a una renovación artística y arquitectónica, realizada por la firma Diller Scofidio y Benfro, en colaboración con Gensler.

El objetivo de su remodelación es su expansión para así exhibir 1,000 obras más y ofrecer una nueva manera de percibir el arte.

Dicha expansión de 47,000 pies cuadrados, que tuvo un costo de $450 millones, ofrecerá a los visitantes nuevas yuxtaposiciones de obras para alentar perspectivas más amplias del arte.

Si bien las obras icónicas de grandes artistas como Monet, Van Gogh, Picasso y Pollock permanecen a la vista de manera confiable, los visitantes están invitados a verlas bajo una nueva luz, ahora exhibidas al lado de obras menos familiares de mujeres y minorías, y artistas de lugares como África, Sudamérica y Asia.

Uno de los objetivos de esta remodelación es hacer que el modernismo se sienta fresco y desafiante. “A veces, incluso las yuxtaposiciones pequeñas pueden tener un gran impacto”, dice Jodi Hauptmann, curadora principal de dibujos e impresiones en el MoMA.

“En el quinto piso, por ejemplo, ‘La noche estrellada’ de Van Gogh ahora se muestra en la misma galería que una colección de cerámica hecha al mismo tiempo por George Ohr, de Biloxi, Mississippi. Es interesante ver esas cosas juntas”.

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