La Servidumbre de Conservación El Tambor se encuentra en el municipio de Morovis, en la Región Norte de Puerto Rico, y ocupa un área transicional entre las montañas de la Cordillera Central y el región del carso norteño que caracteriza su topografía. Esta cuenta con un muestrario típico de las formaciones en la zona cárstica, con diez mogotes, seis sumideros y tres cuevas pequeñas. La protección del área es importante para los ciclos biológicos que proveen agua, aire limpio, recursos naturales y valor recreativo para las comunidades de Morovis, a la vez que forma parte de un cinturón de áreas verdes que circundan el municipio.
El Tambor está dominado por un bosque húmedo subtropical que sirve de hábitat para 45 especies de árboles y 29 especies de animales, incluyendo 14 especies endémicas consideradas en peligro de extinción. Además, en el centro de la zona se encuentra un pequeño humedal, cubierto por pastizales y rodeado por los mogotes que a su vez separan varias parcelas de cultivo ubicadas en varias abras de la propiedad. Un entramado hidrológico de quebradas fluyen a través de las abras entre los mogotes, y sus aguas son recogidas mayormente por los sumideros del área. Ambos sistemas drenan en la quebrada Monte Llano, que también es parcialmente protegida por el ecosistema boscoso del área. Eventualmente las aguas que nacen en El Tambor alcanzan el Río Unibón, que se une al Río Morovis para formar el Río Indio, un tributario del Río Cibuco.
El 9 de julio de 2007, el doctor Julio V. Rivera Rivera y su esposa, Wanda I. Torres Miranda, constituyeron la servidumbre de conservación junto al Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, con el fin de conservar y proteger sus 223 cuerdas de terreno con valor natural y agrícola. El Tambor fue la primera donación de una servidumbre de conservación por parte de un propietario privado bajo la Ley de Servidumbre de Conservación de Puerto Rico (Ley 183, del 27 de diciembre de 2001).