Más de 150 niños y jóvenes comenzaron la segunda fase del Honey Bee Challenge, un reto auspiciado por clubes 4H y Corteva Agriscience en Puerto Rico, que consiste en crear un jardín de polinizadores en el hogar tras completar la primera fase educativa.

El reto agrícola Honey Bee Challenge tiene como meta “que los niños y jóvenes se vinculen con la importancia de la agricultura, polinizadores y la ciencia dentro de la producción de alimentos y cuidado del planeta”, explicó Judith Conde Pacheco, quien es líder del área programática de juventud y clubes 4H. Esta organización estudiantil está adscrita al Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, específicamente al Colegio de Ciencias Agrícolas.

Más de 150 participantes entre las edades de 6 y 18 años completaron la primera fase del reto, en la que se educó sobre rol de los polinizadores en la producción de alimentos. Actualmente, más de 125 familias están participando de la segunda fase, que consiste en sembrar plantas para crear su propio jardín de polinizadores en el hogar. El proyecto no solo estuvo abierto a miembros de 4H, sino a otros estudiantes de escuelas públicas, privadas y hasta de modalidad de estudios en el hogar.

Los clubes 4H, junto a la colaboración de Corteva Agriscience en Puerto Rico, se dieron a la tarea de proveerles a los estudiantes un kit que contiene los materiales necesarios, como los tiestos y una variedad de semillas, para comenzar su jardín. Entre las plantas que pueden crecer, se encuentran la albahaca, tomates, girasoles, pepinillos, Isabel II, gandules y más, con el fin de tener un balance y variedad entre aromáticas y de producción de alimentos.

“Ha sido una experiencia muy bonita en reconectar con la naturaleza. Este proyecto es para crear un ecosistema apto para los polinizadores”, relató sobre su experiencia Eduardo Díaz, de 18 años, quien es socio de club 4H en Ponce.

Díaz añadió que el proyecto ayuda al crecimiento de áreas verdes que fueron destrozadas tras los huracanes Irma y María, en 2017. Indicó que aproximadamente un 85% de las plantas polinizadores fueron afectadas por ambos ciclones y, al día de hoy, solo se han recuperado unas dos cuartas partes.

“Jóvenes como estos son los que van a tener en el futuro la agricultura”, dijo, por su parte, Luis Colón Rivera, quien trabaja en Corteva Agriscience. Esta es la compañía especializada solo en agricultura más grande del mundo y ofrece a los agricultores la cartera más completa de la industria, sostuvo.

Colón Rivera explicó que, antes de la pandemia de COVID-19, los clubes 4H daban asistencia a Corteva Agriscience para crear hábitats de polinizadores en los terrenos de la corporación. Debido al confinamiento social, el proyecto originalmente planificado de manera presencial evolucionó a cinco etapas, y Conde Pacheco lo describió como un proyecto en el que “la ciencia llega a tu casa”.

La fase dos está pautada para culminar a principios de abril, tras lo cual se entraría en la tercera, que consiste en la participación de un campamento de entomología, limitado para los jóvenes entre 14 y 18 años. En esta otra parte del proyecto, aprenderán cuáles son las carreras vinculadas a la entomología y conocerán, por ejemplo, cuáles son los insectos comestibles y cuáles se utilizan en las ciencias forenses.

La cuarta fase se dedicará a adiestrar a los estudiantes sobre la apicultura y aprenderán los estudios de las abejas al ser apicultor, incluso, cómo funciona desde el ámbito de negocios hasta crear una empresa. El proyecto cerrará con la quinta fase, en la que se hará un foro de discusión entre otros jóvenes de cómo se pueden incorporar en este e implementar las prácticas en el hogar.

“El rol de esa quinta fase es asumir ese compromiso de educar a otros”, comentó Conde Pacheco. Ashlin Álvarez, socio 4H de Camuy, de 17 años, añadió que “hay muchas cosas que nosotros aprendemos y como jóvenes se lo enseñamos a otros jóvenes… todo puede comenzar desde nuestra comunidad, escuelas y todas esas personas que escuchen esto van a querer intentarlo”.

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