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La agroecología en las manos de la gente

Bajo la sombra de varios árboles nativos, que forman siluetas juguetonas en el suelo con el movimiento de sus ramas, niños, jóvenes y adultos labran la tierra para sembrar, cultivar y cosechar alimentos saludables tomando en cuenta los procesos ecológicos que se dan en la naturaleza. En este espacio, todos los elementos naturales, como los insectos, las flores, las plantas, el agua, entre otros, tienen un rol fundamental en mantener la productividad de los suelos, que a su vez, sustentan las prácticas agrícolas que realizan los voluntarios que visitan el huerto agroecológico de la Reserva Natural Hacienda La Esperanza.  Y es que para que haya agroecología, hay que respetar y entender el funcionamiento del ecosistema donde se cultiva.  

Desde hace varios años, este huerto se ha convertido en un espacio donde grandes y chicos, vienen a conocer los conceptos básicos, el funcionamiento y la importancia de un lugar como este.  De la mano de la intérprete ambiental, Zuleyka Rivera, todas las personas que trabajan en este huerto, aprenden sobre cómo hacer bancos abonados, composta, rotación y asociación de cultivos, abonos orgánicos, control de plagas, entre otros. 

Según nos cuenta Zuleyka, este proyecto busca acercar a la comunidad a conceptos como la agroecología, su importancia en la producción de alimentos y cómo podemos alcanzar un futuro sustentable donde se fomente la soberanía alimentaria[1]. La intérprete ambiental asegura que, “a través de la agroecología, brindando el conocimiento y la experiencia en la creación y mantenimiento del huerto, se promueve la seguridad alimentaria y a su vez se encamina hacia la soberanía alimentaria”. 

Zuleyka Rivera, original de las montañas de Ciales, es una mujer cautivadora de ojos verdes, con un color de piel arena y que muestra los recuerdos inéditos de sus aventuras por la naturaleza. Semanalmente, invierte una gran cantidad de su tiempo de trabajo para asegurarse que el proyecto del huerto agroecológico tenga continuidad.  Desde el desyerbo de las malezas, la germinación de plántulas, trasplante, abono, hasta el repique de los bancos, el huerto requiere un esfuerzo físico constante. Es por eso que la participación de los voluntarios es fundamental. 

“Una vez llegan, se le hace una inducción al huerto, a lo que es agroecología, algunos conceptos básicos y el uso de herramientas.  Luego vamos sobre los cultivos que tenemos en ese momento y hacemos la división de tareas según la necesidad que tengamos ese día”, explicó. Además del trabajo realizado, comentó la intérprete que la experiencia en general de los voluntarios es “bastante variada, ya que recoge muchos de los aspectos del huerto, desde crear los bancos abonados hasta la cosecha, si hay alguna ese día”.  

El repique de los bancos abonados es el proceso por el cual se suelta la tierra y se le agrega composta y abono verde en preparación para el próximo cultivo.

La importancia de los huertos agroecológicos que se trabajan con voluntarios, es que se convierten en aulas ecológicas donde los participantes aprenden y reflexionan sobre la función de estos espacios en la alimentación de las comunidades. De hecho, nos articuló Zuleyka que “los huertos aumentan el acceso público a alimentos saludables, mientras rescatan espacios no utilizados, a la vez que promueven actividades de interacción social, y fomentan el conocimiento popular y mantienen las tradiciones agrícolas”. Es por esto, que el objetivo a corto plazo para la intérprete ambiental, es desarrollar el concepto de huerto comunitario a través de varias comunidades de la región norte de Para la Naturaleza. “A mí me gustaría convertir el huerto agroecológico de la Reserva es un modelo a seguir para las comunidades de la región norte, con diversos cultivos de hortalizas, vegetales y sobretodo plantas medicinales sembradas a través de diferentes métodos, para que así las comunidades tomen ideas y desarrollen sus propios huertos”. 

Vista de bancos abonados del huerto, protegidos por tela metálica para reducir el impacto de especies invasoras, como la iguana verde (Iguana iguana)

Asimismo, Zuleyka abundó que Para la Naturaleza ha desarrollado la iniciativa del Fondo Solidario, la cual busca recibir el apoyo económico de individuos, organizaciones y/o corporaciones, para sustentar los cinco pilares de este fondo: reforestación, agroecología, comunidades, preservación histórica y el senderismo.  “Esperamos con el Fondo Solidario poder comenzar y/o continuar con los esfuerzos para desarrollar 10 huertos comunitarios a través de las islas de Puerto Rico, donde podamos brindar las herramientas, conocimientos y experiencias para crear estos espacios en las comunidades, y así que, cada vez más las personas conozcan y practiquen la agroecología”. Esta oportunidad servirá como plataforma para involucrar a aquellas comunidades interesadas en desarrollar proyectos comunitarios a favor de una cultura ecológica, donde la agroecología sea el escenario para la producción de alimentos, el cuidado de nuestros suelos, la continuidad del ciclo de agua y la protección de nuestra biodiversidad.

Precisó la intérprete ambiental, que la experiencia de trabajar en el huerto agroecológico con voluntarios, le ha permitido conocer de primera mano el compromiso y sentido de pertenencia que comparten los participantes, no solo hacia el huerto, sino a trabajar por un mejor país. “Semana tras semana, veo como familias enteras continúan comprometidas con aprender y cuidar del huerto. Es más, he visto como han aplicado los conocimientos en sus casas y/o comunidades.  Y que a pesar de los tiempos en que vivimos, existen personas que sienten la responsabilidad de venir a ayudarnos, siguiendo todos los protocolos de seguridad. Es por eso que ahora tenemos un grupo de voluntarios líderes del huerto agroecológico”. 

Antes del cierre general por la pandemia, voluntarios trabajan en la poda y desyerbo de los bancos abonados del huerto agroecológico de la Reserva Natural.

Por otro lado, debido a la pandemia y al cierre general desde marzo de este año, no se han podido realizar actividades con voluntarios para el mantenimiento del huerto. Sin embargo, la intérprete ambiental nos comenta, que la participación semanal de estos voluntarios líderes, han permitido dar continuidad con los trabajos del huerto agroecológico y mantener los cultivos a tono con los ciclos naturales de nuestro calendario ecológico.  “A mí me gusta dejarme llevar por la Luna para sembrar semillas, abonar, podar y cosechar.  Por ejemplo, en luna nueva, que es cuando la savia[2] se concentra en las raíces, es el momento de cosechar lo que crece bajo la tierra, podar y desyerbar”. Esto es conocimiento que Zuleyka busca impartir a sus voluntarios, actividad tras actividad, y que espera pronto, volver a hacerlo con normalidad.  Por el momento, queda continuar trabajando de la mano de todas las personas que comparten el mismo interés por alcanzar un futuro sustentable.

Antes del cierre general por la pandemia, un grupo de voluntarios y la intérprete ambiental Zuleyka Rivera, culminan una jornada de tareas en el huerto agroecológico.

Dedicar lugares comunes para la construcción de huertos, caseros o comunitarios, serán sin lugar a dudas, espacios de transformación que permitan tejer una nueva historia agrícola para Puerto Rico. Involucrar a todos en la producción de alimentos es crear conciencia sobre el poder que estos tienen en el presente y futuro de un país. 

Si te interesa conocer más sobre la integración de la agroecología en los huertos, caseros o comunitarios, puedes hacer referencia a la página de Youtube de Para la Naturaleza, para ver varios videos sobre este y otros temas.  También puede conseguir más información sobre nosotros a través de www.paralanaturaleza.org o llamando al 787-722-5834.


[1] Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, soberanía alimentaria es un concepto acuñado internacionalmente que se fundamenta en que los alimentos son básicos y derecho de los pueblos, se valora la producción local de alimentos, se basa en el consumo local de los alimentos, el poder sobre los alimentos está en las manos de los productores locales, promueve el conocimiento tradicional y popular, y es sostenible con la naturaleza, ya que integral as dinámicas ecosistémicas. 

 

[2] Líquido compuesto de agua y nutrientes que se mueve por los tejidos de las plantas. 

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