En mis 23 años como investigadora de playas siempre tuve la curiosidad de saber cuántas playas tenía Puerto Rico. Esto especialmente cuando veía en muchas promociones en periódicos y redes sociales que países caribeños subrayaban que tenían para ofrecer al visitante una playa diferente para cada día de su estadía. Nunca me olvido de promociones que indicaban “nuestra isla puede ofrecer al visitante el disfrute de una playa para cada día del año”.
A partir de esta curiosidad, en el 2013, con la ayuda de mi asistente de investigación Gladys Valentín, emprendimos la tarea de identificar y contabilizar las playas de Puerto Rico. No fue hasta el 2015 que logramos conocer el importante número, 1,225 playas.
Son playas que varían en su forma, dimensiones y tipos de arenas a lo largo de la costa. Un muestrario completo que brinda a sus visitantes todas las posibilidades de visitar diversos tipos de playa para cada gusto. Tenemos playas con arenas de diversos colores, texturas y tamaños, donde no hay duda de que sus arenas tienen una historia que contar. Playas cuyos planos se construyen de arenas y gravas que provienen de ecosistemas marinos y/o terrestres, moldeadas por el oleaje y en algunos casos por el flujo de nuestros ríos.
Encontramos en nuestra costa playas urbanas, rurales, exóticas, que no tienen nada que envidiar a los centros playeros más visitados del mundo. Y qué más llamativo que nuestras famosas pocitas, que indiscutiblemente son las preferidas de muchos puertorriqueños. Aunque no todas las playas son aptas para bañistas, estas brindan un servicio único que tiene que ser contabilizado, conservado y protegido.
Entre los datos interesantes encontrados en nuestro estudio se puede identificar que los municipios con mayor cantidad de playas son Vieques (172), Cabo Rojo (127) y Culebra (111). Playas que en algunos casos no son extensas ni anchas en sus planos, pero ofrecen un escenario único para el visitante. Entre los municipios con mayor extensión de playas están Vieques (33.1 kms), Loíza (17.5 kms), Rincón (10.5 kms). La playa más larga de la isla está ubicada en la zona de Piñones, en el municipio de Loíza. Adicionalmente, nuestras playas tienen componentes naturales como rocas de playas, dunas cementadas, arrecifes de coral, yerbas marinas y dunas que hacen de este un complejo escenario morfológico que brinda al visitante un paquete completo de servicios como seguridad y valor escénico, ecosistémico y recreativo.
No hay duda de que son muchos los atributos a describir de nuestras 1,225 playas. Un activo local que desgraciadamente es constantemente amenazado por estrategias de mercadeo y ubicación de infraestructura que no está planificada a la par de la realidad costera local. Son estrategias que no ven su fragilidad, sus fortalezas y potencial.
Las playas son una infraestructura natural que espera un manejo adecuado y una política pública sólida alineada a la mitigación, adaptación y resiliencia que la proteja de las decisiones de aquellos que puedan herirla. Esto especialmente ante los retos de promover el desarrollo de actividad turística para el disfrute de todos, proteger los ecosistemas costeros y combatir las manifestaciones del cambio climático.
LEA LA NOTICIA COMPLETA EN ElNuevoDia.com