Septiembre de 2017 fue un mes muy difícil para las comunidades del pueblo de Loíza. El 6 de septiembre recibieron el fuerte impacto del paso del huracán Irma, el cual dejó al menos 80 familias sin techo, miles de residencias con daños estructurales, un tendido eléctrico que colapsó en su totalidad, dependencias municipales deterioradas y negocios inoperantes.

En ese entonces, la alcaldesa Julia Nazario Fuentes se lanzó a la calle con las autoridades pertinentes para iniciar inmediatamente las labores de recuperación, pero cuando la recuperación parecía inminente —dos semanas más tarde— Loíza y el resto del País fueron embestidos por el huracán María. Este ciclón destrozó gran parte del municipio, lo que supuso un mayor esfuerzo para que las autoridades, la administración municipal y los residentes pudieran volver a la normalidad.

Hoy, a un año y un mes del paso de los huracanes, se puede ver un Loíza que ha resurgido de sus cenizas como el ave fénix.

En muchos municipios la actividad turística post huracán se redujo grandemente, pero Loíza no podía darse el lujo de dejar caer la industria que representa su principal motor económico.

Con esto en mente, la alcaldesa puso manos a la obra y comenzó a identificar proyectos que fortalecerían el turismo en distintos sectores del pueblo.

“Hemos realizado múltiples iniciativas de desarrollo económico orientadas al turismo, siendo la más importante la creación del concepto ‘Loíza de Puente a Puente’ para promover nuestros atractivos desde el Puente de Cangrejos en Torrecilla hasta el Puente Herrera en Medianía. La idea es ampliar las ofertas de las ya conocidas zonas gastronómicas y playeras de Piñones y Vacía Talega. Luego de pasar el puente del río Grande de Loíza se llega al centro urbano y sus comunidades”, señaló la ejecutiva.

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