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Los sobrevivientes de desastres climáticos pueden envejecer más rápido

Cuando el huracán María azotó a Puerto Rico en 2017, provocó una de las mayores catástrofes naturales en la historia de la Isla.

El poderoso fenómeno atmosférico mató a más de 3,000 personas, dejó sin electricidad a la mayoría de los residentes y causó daños estimados en miles de millones de dólares. Además, afectó la salud mental de muchos sobrevivientes.

Sin embargo, eso no fue todo: también aceleró el proceso de envejecimiento de los monos macacos rhesus que viven en la Isla.

Así lo reveló un nuevo estudio sobre estos animales, que descubrió que el trauma había envejecido a los monos una media de dos años, lo que corresponde aproximadamente a siete u ocho años de la vida humana. “Nuestros hallazgos sugieren que experimentar un huracán extremo se asocia con alteraciones en la regulación de los genes de las células inmunitarias, de forma similar al envejecimiento, acelerando potencialmente aspectos del proceso de envejecimiento”, escribieron los autores del estudio.

“Aunque todo el mundo envejece, no todos lo hacemos al mismo ritmo, y nuestras experiencias vividas, tanto negativas como positivas, pueden alterar este ritmo de envejecimiento. Una experiencia vital negativa, sobrevivir a un acontecimiento extremo, puede provocar una inflamación crónica y la aparición temprana de algunas enfermedades relacionadas con la edad, como las cardiopatías”, afirmó Noah Snyder-Mackler, de la Universidad Estatal de Arizona, coautor de un nuevo estudio que aparece en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Según reseñado en Newsweek investigadores intentan comprender los efectos psicológicos y físicos a largo plazo de los fenómenos meteorológicos extremos en las personas estudiando a los macacos, que están estrechamente relacionados y pueden revelar cómo responden los humanos.

Por su parte, Marina Watowich, coautora del estudio, estableció que “a partir de este estudio, hemos medido los cambios moleculares asociados al envejecimiento, incluyendo las alteraciones de los genes de plegado de proteínas, una mayor expresión de genes marcadores de células inmunes inflamatorias y un mayor envejecimiento biológico”.

Asimismo, dijo que creen que los fenómenos meteorológicos severos pueden perjudicar la salud de los que sobreviven a ellos.

En las muestras de sangre, los investigadores descubrieron que el cuatro por ciento de los genes de los monos que se expresan en las células inmunitarias se vieron modificados por la tormenta. Además, hubo una mayor expresión de genes implicados en la inflamación, mientras que los genes que expresan la traducción y el plegado/repliegue de proteínas, la respuesta inmunitaria adaptativa y las células T también se vieron afectados.

Los genes de choque térmico, esenciales para la fabricación de proteínas en las células, también se suprimieron. Algunos vieron reducida su actividad al doble tras el huracán. Estos genes también están implicados en el Alzheimer y las enfermedades cardiovasculares.

Según los investigadores, no todos los monos son iguales, y algunos envejecieron más rápido que otros. Los científicos concluyeron que los factores ambientales influyeron en los resultados. Los investigadores teorizaron que los monos que disfrutaban de un mayor apoyo social tenían más probabilidades de sobrevivir con menos traumas que los demás. Se trata de una posibilidad que seguirán explorando.

Los investigadores esperan que su estudio permita comprender mejor el envejecimiento y mejorar la mitigación tras las catástrofes naturales.

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