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Nueva guía de campo recoge las criaturas del litoral caribeño

Ciento veinte especies conforman la colección de la recién publicada guía de campo “Criaturas del litoral caribeño”, que permite a quienes la usan identificar los organismos que con más probabilidad se observan en la costa.

La guía, cuyo investigador fue el oceanógrafo Jorge Bauzá, divide a las criaturas en 11 grupos: yerbas marinas y algas, corales, esponjas, medusas y anémonas; cangrejos, langostas y camarones, invertebrados, estrellas y erizos de mar; conchas marinas, almejas, ostras y mejillones; aves del litoral y plantas costeras.

Para cada especie, se ofrece el nombre común –en español e inglés– y científico, al igual que los datos sobre su tamaño máximo, tanto en el sistema métrico como inglés.

Pero, si tuviera que resumir en una palabra la principal aportación de la guía, sería accesibilidad. Es portátil, impermeable y la puedes echar en el bolsillo o la mochila y cargar con ella a donde sea. Además, es una guía bilingüe, en español e inglés, y a veces los nombres comunes son un reto porque no están documentados, pero aquí aparecen todos, además de los científicos”, resaltó Bauzá.

“No existe una guía como esta. Las que hay no están accesibles o son libros grandes. Lo otro interesante es que la guía recoge una gran biodiversidad”, abundó.

Un año de investigación

Bauzá contó que su trabajo como investigador se extendió por un año, y consistió en visitas de campo para identificar, medir e inventariar a las criaturas del litoral.

Para documentar la playa arenosa, el oceanógrafo visitó Piñones (Loíza), Isabela y Cabo Rojo. Isabela también fue el escenario para documentar la costa rocosa. Para los mangles, acudió a Piñones y La Parguera (Lajas).

“Del inventario, las observaciones, fotografías y medidas, se generó un listado de lo que sería la guía. Esa información se le pasó al ilustrador científico, sobre todo, las fotos, y luego entramos en la fase de edición para verificar que fueran representativas de las especies. Ese otro proceso tomó cinco meses”, dijo.

Añadió que, aunque el “trabajo de campo” se hizo en Puerto Rico, las criaturas de la guía son representativas del Caribe, particularmente del arco antillano, aunque las especies también se encuentran en la costa continental. Los datos recopilados aquí fueron validados con literatura de los demás países de la región.

El ilustrador científico de la guía fue Raymond Leung, y fue publicada –el mes pasado– por la editorial Waterford Press.

En práctica

Recientemente, El Nuevo Día acompañó a Bauzá en Piñones para, por primera vez, “poner en práctica” la guía. Para ello, hizo un transecto de banda o lineal, e identificó varias criaturas.

La primera fue un limpet acanalado (Hemitoma octoradiata), que en la guía aparece bajo el grupo de conchas marinas. Con la ayuda de un calibrador Vernier digital, determinó que medía 0.73 pulgadas. “Está dentro del tamaño, que puede llegar hasta 1.2 pulgadas”, dijo.

También bajo el grupo de conchas marinas, una segunda criatura identificada fue un carruchito peleador (Strombus pugilis), que midió 3.5 pulgadas “de punta a punta”. “La guía nos dice que puede llegar hasta 4 pulgadas, así que está dentro de las medidas. Con estos datos, podemos confirmar que es la especie”, resaltó.

En la visita, Bauzá identificó otras tres especies: bejuco de playa (Ipomea pes-caprae) y uva de playa (Coccoloba uvifera), ambas bajo el grupo de plantas costeras, y playero turco (Arenaria interpres), bajo el grupo de aves.

El oceanógrafo recomendó que, al usar la guía, las personas lleven una “libreta de campo” para anotar las coordenadas del área estudiada, las descripciones de las especies y el total de individuos observados. A falta de un calibrador Vernier, puede utilizarse una “regla sencilla” para tomar las medidas. Por otro lado, exhortó a “dejar las criaturas donde las encontramos”, pues removerlas de su hábitat puede “desbalancear el ecosistema”. Sugirió tomarles fotos con el celular.

Lo próximo

En la agenda de Bauzá, lo próximo es lograr que la guía se convierta en una herramienta para maestros y estudiantes, a través de actividades de “learning by doing” (aprender haciendo) y relacionadas con las disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, en inglés).

“Podemos desde hacer un inventario con chicos de escuela elemental hasta trabajar actividades de biodiversidad y sacar cálculos a base de las observaciones con chicos de escuela superior. Ese debe ser el próximo paso: desarrollar actividades que tengan sus rúbricas y vayan a tono con los estándares del Departamento de Educación”, afirmó.

La guía está disponible para la venta en empresas “online”, como Amazon y Barnes & Noble. El precio ronda los $8.

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