Ante las quejas públicas sobre la presunta descomposición de cadáveres guardados en vagones refrigerados, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) realizó ayer una inspección sorpresa en las instalaciones del Negociado de Ciencias Forenses.
El portavoz del Departamento del Trabajo, Elliot Rivera confirmó la visita de los inspectores de la dependencia y su vínculo con las denuncias sobre el olor a putrefacción que emana de los vagones que fueron utilizados al menos desde septiembre. En esos vagones, se guardan algunos de los cuerpos de las personas fallecidas tras la catástrofe causada por el paso del huracán María.
“Los resultados se estarán publicando más adelante. Ellos (los inspectores) tienen que levantar evidencia y tienen que verificar los reglamentos para ver si hay algún incumplimiento”, dijo Rivera, al ser abordado sobre el tema. Ayer, no fue posible obtener una reacción del Instituto sobre el tema.
Las denuncias, reseñadas en un canal de televisión, mostraban a empleados del Instituto trabajando en los vagones, y a vecinos quejándose por la peste que asociaban con la descomposición de los cuerpos.
Los vagones se supone que mantenga los cuerpos en una temperatura que detenga la descomposición. Carlos Vélez Miranda, portavoz de los empleados unionados en esta agencia, afirmó que el Negociado buscaba hacer los trabajos en el vagón sin necesariamente tomar las precauciones suficientes para evitar contacto con los fluidos de los cuerpos.
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