Los recientes casos de violencia contra mujeres han dejado a “flor de piel” las heridas de cientos de puertorriqueñas, sobrevivientes de este cáncer social.

No obstante, también han provocado el despertar ciudadano y un reclamo multitudinario para se extirpe de raíz la indignante violencia de género, como apunta Alana Feldman Soler, líder del Centro Paz para Ti, un proyecto revolucionario que, sin fanfarria y ni cámaras de televisión, ha devuelto la tranquilidad a miles de familias radicadas en la tierra alta de Puerto Rico.

“Con toda esta situación se ha abierto la puerta a la concienciación y de repente esta semana ya casi voy por 30 mujeres que nos han llamado… y eso es inusual en Adjuntas”, confesó Alana, líder de la gesta que impulsa la Coordinadora Paz para la Mujer desde un antiguo plantel escolar en el sector Paso Hondo del barrio Yahuecas.

“Estamos viendo mucho interés en el tema, pues muchas de ellas aún tienen sus sentimientos a flor de piel y estos casos le han hecho revivir sus propias experiencias”, agregó quien incluso durante la pandemia no ha dejado de educar sobre la importancia de identificar a tiempo las señales de la violencia.

Como explicó, quienes llegan hasta el portón del centro son mujeres que buscan herramientas para su desarrollo pleno y que, ante todo, anhelan apoderarse de sus vidas. “Lo hemos visto reflejado en el centro, no por casualidad, sino por causalidad. Antes que todo esto se diera (tragedias recientes) estábamos coordinando un curso de defensa personal para el mes de junio y en esta semana hemos recibido llamadas de mujeres de San Juan, Ponce, Lares, Jayuya y de otros pueblos de la isla solicitando que, ante las limitaciones de espacio (en el centro), hagamos esa actividad de manera virtual”.

Pero las “causalidades” no terminan allí. Paz para Ti, la única organización de este tipo en las zonas más remotas de Adjuntas, Utuado, Lares y Castañer inició justo el lunes de esta semana el adiestramiento de una decena de mujeres que fungirán como Promotoras Comunitarias del centro en la región montañosa del país.

Su misión será identificar a pares en sus comunidades y replicar en ellas todo el conocimiento sobre cómo advertir y prevenir la violencia.

Asimismo, con el cúmulo de sus experiencias personales, su sensibilidad hacia el tema y los conocimientos aprendidos, cada una será capaz de ofrecer a mujeres jóvenes y adultas toda la ayuda disponible para atajar este mal social.

Iniciativas como esta, apuntó Alana, apremian en la tierra alta, ya que han llegado a su conocimiento casos de mujeres que han sido sobrevivientes de maltrato “por más de 20 y 30 años”.

“No se conocía que eran víctimas de la violencia”, añadió con sentimiento de preocupación.

Las Promotoras Comunitarias serán asistidas por estudiantes del Curso de Internado en Trabajo Social de la Universidad Interamericana en Arecibo, gracias a un acuerdo entre las partes para frenar y prevenir la violencia de género en Puerto Rico.

Por eso, juntos se embarcarán en el loable objetivo de apoderar a las mujeres de la montaña en temas como la autogestión, la adquisición de destrezas laborales, en asuntos de salud, autoestima y otros que las ayuden a alcanzar el máximo de sus capacidades.

“Este esfuerzo es una respuesta a las necesidades de las comunidades”, continuó Alana.

“Ellas (las promotoras) trabajarán visitando hogares, haciendo llamadas, identificando necesidades que podamos atender y quizás en algún momento puedan hacer reuniones. Las Promotoras Comunitarias serán un enlace entre nuestro proyecto y la comunidad para promover las ayudas y servicios que las mujeres necesiten”.

Sin pausa

Y sobre los percances inesperados que han provocado, tanto los terremotos del pasado año como la pandemia por el Covid, aclaró a los lectores de La Perla del Sur y a todas las jefas de familia en la montaña que Paz para Ti no ha parado de trabajar.

“Como todo y como todos, hemos tenido que adaptarnos. Por ejemplo, el huerto (del centro) nunca se detuvo, ya que nuestras voluntarias se sentían muy ansiosas en sus casas y el huerto para muchas de ellas es casi un proyecto terapéutico. Por su parte, el Mercado de las Mujeres Empresarias de la Montaña se detuvo por la pandemia, pero lo transformamos a un mercado virtual”.

Este último ha sido y continúa siendo uno de los más transformadores aciertos de Paz para Ti, ya que ha permitido que numerosas jefas de familia maximicen sus talentos y conviertan en ingresos sus habilidades para tejer, cocinar o confeccionar artículos artesanales con gran demanda.

De igual modo, Alana y su batallón de colaboradores han aprovechado los pasados meses para ajustarse a las necesidades de las comunidades y facilitarles desde alimentos, hasta mascarillas y desinfectantes.

“Creamos un Programa de Respuesta al Covid, identificando necesidades y ayudando en la búsqueda de servicios. Incluso, hasta la población que atendemos ha ido cambiando”, dijo en referencia a beneficiarios de edad avanzada, a quienes Paz para Ti también ha brindado talleres dirigidos al cuidado de la salud.

Simultáneamente, la organización fundada en el año 2019 ha fortalecido su presencia en redes sociales y adiestrado a sus participantes para que les emulen.

“Muchas ya tienen sus páginas de Facebook, que es lo que más saben manejar, por lo que les hemos ofrecido talleres de Mercadeo en Línea, de Educación Remota y hasta de cómo tomar una fotografía que las ayude a presentar sus productos”, abundó Alana.

“Muchas se han dirigido al área de alimentos, así que también ofrecimos el curso de Manejo de Alimentos que es requerido para trabajar en esta área”, manifestó entusiasmada.

“En enero y febrero discutimos lo qué son los planes de negocio, el mercadeo, la identificación de fondos y se ofreció un taller de patentes. Incluso, incluimos cómo hacer un vídeo, cómo subirlo a la red y cómo hacer los Facebook Live”.

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