La belleza natural del Cayo Cardona está en peligro, ante la ausencia de un plan de manejo del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que preserve el islote ubicado al sur de Ponce.
Allí no hay mantenimiento ni vigilancia permanente, salvo las rondas preventivas que brindan la División Marítima de la Policía estatal y municipal, y la Guardia Costera.
De hecho, el faro ha sido vandalizado en varias ocasiones, y la vegetación derribada por el huracán María, limita el acceso a algunas áreas de la pequeña isla. Tampoco existen boyas que demarquen la zona para los bañistas y evite que los botes afecten la vida marina.
La situación se agrava cuando culmina el último viaje diurno de Waterland Adventure, empresa que mantiene el arrendamiento para acarrear visitantes desde las instalaciones del Complejo Recreativo La Guancha.
“Estuvimos reunidos recientemente con la Secretaria de Recursos Naturales porque estamos solicitando un control en el área de los bañistas, para que pongan las boyas y que los botes privados no pasen. Ellos (DRNA), la Policía Marítima, FURA, están conscientes que ellos no pueden intervenir con nadie a menos que no hayan unas boyas y haya un letrero determinando de que esa área es de bañistas y que no pueden pasar”, explicó el propietario de Waterland Adventure, Rafael Vega.
“El problema es que cuando yo me voy de la isla, vienen todos esos botes y están quemando el límite, y lo que necesitamos es vigilancia. Se han procesado a algunas personas, pero el problema es que cuando es el mar afuera, si no hay boya, se cae el caso”, expresó por su parte José González Díaz, socio de esa empresa.
Según Vega, la ausencia de un plan de manejo no permite establecer un límite en la capacidad máxima de personas en el lugar, que resguarde los recursos del paradisiaco islote.
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