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Productos compostables como alternativa al plástico

¿Alguna vez te has visto en la situación donde no sabes si el vaso de ‘papel’ que aguantas en la mano realmente es compostable o sirve para el compostaje?

Cuando hablamos de productos “compostables” nos referimos a artículos como utensilios, envolturas, bolsas, ‘liners’, cajas y servilletas a base de bioplástico o papel/cartón con una composición orgánica y la capacidad de descomponerse bajo un marco de tiempo y dentro de unas condiciones o ambientes específicos. Estos productos se descomponen de manera segura y evitan un impacto negativo al ambiente y no afectan a la calidad de la composta.

Tipos de productos compostables

Según el director de mercadeo del Instituto de Productos Biodegradables (BPI, por sus siglas en inglés), Wendell Simonson, los productos compostables se pueden hacer de diferentes formas, que a su vez se pueden clasificar en dos categorías comunes:

• PLA (ácido poliláctico): Es un tipo de plástico de origen biológico —conocido como bioplástico— que puede estar compuesto de recursos renovables como el aceite y las fibras del maíz o la caña de azúcar. Las emisiones de carbono asociadas a la producción de PLA son 80% menores a las del plástico convencional.

• Fibras moldeadas: Los productos de fibra moldeada, fabricados con residuos de papel u otras fibras naturales y recicladas —celulosa—, son biodegradables y en ocasiones compostables. Muchos de estos productos alegan que no generan residuos tóxicos para el medio ambiente. Sin embargo, según Simonson, estos productos generalmente contienen PFAS —químico que los cubre y protege del calor, aceites, grasas y agua)—que contamina el ambiente y la composta. “La materia prima de los compostables son bioproducto de productos agrícolas ya existentes”, explicó Simonson, y enfatizó en el potencial que tienen estos productos para promover una economía circular.

Compostables como alternativa

Según Simonson, el propósito general de los productos compostables es desviar los residuos de alimentos de los vertederos y reducir el consumo de plástico.

En Puerto Rico, el 10% de la materia en los vertederos se compone de plástico. A nivel mundial, al menos 14 millones de toneladas de plástico terminan en el océano cada año.

“En un mundo en el que no podemos producir más combustibles fósiles, hace mucho más sentido no fabricar productos de un solo uso”, expresó el ejecutivo del Instituto de Productos Biodegradables, y enfatizó en el daño profundo que provoca la contaminación de plástico al ambiente.

Desde la perspectiva del manejo de los residuos sólidos orgánicos, el beneficio de los productos “compostables” recae en que pueden ser reciclados en pilas de composta luego de ser recolectados y procesados a través de la trituración. Pero para lograr esto se necesita una infraestructura eficiente que pueda recolectar sin la contaminación de otros materiales.

No todo lo que dice “compostable” ¡lo es!

Se ha generado una polémica de compostable vs. Biodegradable, que Simonson asegura pone en riesgo, no tan solo el mercado de los productos compostables, sino también el sector agrícola y el medio ambiente.

Biodegradable ≠ compostable

Mientras que lo compostable se degrada en un marco de tiempo específico, ‘biodegradable’ solo significa que algo se descompondrá con la ayuda de microorganismos en el ambiente, pero no hay especificaciones sobre un marco de tiempo para su descomposición, ni del efecto ambiental de los residuales del proceso.

“Las personas, a menudo, no saben la diferencia entre productos biodegradables y compostables porque se ha comercializado el término de biodegradable. Esto lo que hace es promover la venta de productos parecidos a aquellos compostables, pero que realmente solo son biodegradables”, insistió.

El director de mercadeo explicó que el término “biodegradable” se ha vuelto problemático por su uso para describir productos compostables parecidos —‘look-alike’, en inglés— que realmente solo son biodegradables. “Estos productos no tienen una certificación que asegure que son compostables”, aseguró.

Además, los productos biodegradables son más económicos que los compostables —ya que son hechos de plástico, un material barato— y por ende las personas y comerciantes tienden a optar por ellos. Asimismo, el desconocimiento ante las diferencias de ambos productos provoca que los biodegradables lleguen a composteras, lo cual perjudica la calidad de la composta. Y, en el caso de que estos productos ni tan siquiera llegan a las composteras, terminan persistiendo y contaminando el ambiente. “Así es como se descompone todo el sistema”, afirmó Simonson.

Entonces, ¿qué estrategias de identificación podemos emplear para saber qué productos son verdaderamente compostables? Sobre este particular, Simonson recomienda buscar la marca de certificación de BPI en productos de esta índole. Este logo genera credibilidad y reconocimiento para los productos que cumplen con los estándares de la Sociedad Estadounidense de Pruebas y Materiales (ASTM) para que los consumidores, compostadores, reguladores y otros puedan estar seguros de que dicho producto es 100% compostable.

“Tenemos que empezar en alguna parte, ¿por qué no comenzar con un cambio en la manera que empacamos? Esto es viable, aunque la infraestructura no esté establecida todavía, porque en algún punto nos vamos a ver obligados a cambiar”, concluyó Simonson, aludiendo a la urgencia de atender la crisis del manejo de residuos sólidos a nivel mundial.

La autora es periodista especializada en temas ambientales y de sostenibilidad para Trito Agro-Industrial Services Inc. (TAIS), empresa dedicada a servicios de reciclaje de alimentos y la creación de composta para una agricultura sostenible (taispr.com).

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