Una fuente importante para la recuperación económica de los municipios pudiera estar en los terrenos abandonados o con algún grado de contaminación.

Conocidos en el mundo ambientalista de Estados Unidos como “brownfields”, se trata de propiedades que requieren algún grado de acondicionamiento o descontaminación, y que por lo regular llevan muchos años en abandono.

En Puerto Rico, hace varios años se identificaron al menos 150 “brownfields”, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).

“Pero sabemos que después de la situación económica del país y el impacto de los huracanes Irma y María, entendemos que hay más terrenos que se pueden designar como ‘brownfields’”, dijo Guerrero.

Dependiendo de las leyes locales aplicables, como las relacionadas con la de Municipios Autónomos, las ciudades pudieran elaborar planes e impulsar el desarrollo de esos terrenos para incentivar la actividad económica del área.

Ese fue el mensaje principal que presentó ayer a varios ejecutivos municipales la boricua Wilda Díaz, alcaldesa de Perth Amboy, un pueblo costero de Nueva Jersey.

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