Menú

Reseña literaria: “Ulysses in San Juan”

Viejo San Juan

Durante los primeros años del siglo XX, San Juan -la ciudad “vieja”- era una capital caribeña dormida. Cobró vida hacia mitad del siglo, gracias a un esfuerzo de conservación y restauración que sentó pautas en la región y volvió luego al olvido relativo, quedando relegada a lugar de jangueo finisemanal de jóvenes y bohemios. Ha albergado siempre, sin embargo, una población heterogénea: allí conviven residentes puertorriqueños y turistas, comerciantes -tanto extranjeros como nativos- con artistas y tecatos. Ese junte, que no se da de igual manera en otros lugares de la Isla, aparece en esta novela del experiodista del “San Juan Star”, Robert Friedman, la tercera en una trilogía que integra también “The Odyssey of Pablo Camino” y “The Defining Sea”; la primera publicada originalmente en 2007 como “Shadow of the Fathers” y la segunda publicada en 2014 como “The Surrounding Sea”.

El narrador -y centro- de gran parte de la historia es un hombre mayor, Mr. Wolf, que viene de Nueva York pero es oriundo de Lituania, judío sobreviviente del Holocausto en el que murió toda su familia, incluyendo una hija pequeña. Avejentado, desencantado, es dueño de “El pájaro de oro”, tienda de joyas, regalos y curiosidades en el Viejo San Juan. En el curso lento de una vida que siente inútil se alternan los recuerdos de su familia perdida y las incidencias de una cotidianeidad que siente ajena. Alterna (sin entusiasmo) con un amigo -Saltsky, comerciante judío como él- y con sus empleados, todos, en mayor o menor grado, marginados por la vida: una cantante sin carrera, una “femme fatale” sometida a un marido celoso, un cubano exilado, un joven independentista puertorriqueño y un muchachito ávido de lecturas con las que quiere llenar su vida y a quien Wolf ayuda prestándole libros.

La llegada de Carmen, una joven drogadicta, a su vida, despierta en Wolf una ternura insospechada, junto con el deseo de rescatarla de su miseria material y moral. Se enfrenta, sin embargo, con los retos inmensos que definen la cultura de la pobreza: el atractivo irresistible del vicio, la red de amistades y parientes que lo propician, las dificultades personales y sociales que dificultan un cambio de vida. Wolf persevera en su empeño redentor y se enamora de Carmen, incorporándola a su vida solitaria.

Sobresale aquí la descripción de vidas -y tragedias- pequeñas. Los personajes sanjuaneros constituyen una fauna variopinta cuyo ritmo vital oscila entre fracasos recurrentes y breves períodos de esperanza. El ambiente moral es reconociblemente pesado, de horizontes estrechos. Son estas, en cierto sentido, vidas perdidas sin consecuencia para la historia.

LEA LA NOTICIA COMPLETA EN ElNuevoDia.com

Contáctanos