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Se necesitan manos para el cultivo de girasoles en Guánica

La Finca El Girasol, es sin dudas, uno de los espacios emblemáticos del pueblo de Guánica a donde los visitantes acuden a contemplar la belleza del paisaje adornado por las vistosas flores y plasmar en fotos sus mejores recuerdos.

Sin embargo, luego de los terremotos y la pandemia del COVID-19, se ha hecho cuesta arriba mantener la operación en el lugar pues no cuentan con suficientes manos para el cultivo de la planta, cuya siembra requiere una continuidad semanal para mantener la producción que abre cada dos meses.

De acuerdo con el propietario de la finca, Froilán Ávila Pérez, antes de los remezones y la emergencia de salud, contaba con unos 10 empleados que atendían distintas áreas del negocio que, hasta ese entonces, operaba los siete días de la semana.

“La economía colapsó con los terremotos y después, la pandemia vino en marzo y nos acabó de machucar, al igual que a todos los comerciantes en Puerto Rico. De hecho, las siembras más bonitas que había tenido en los últimos cinco años estaban para esa fecha cuando vino la pandemia y vi perderse todas las flores allí. No se podían recibir visitas y estaba todo el mundo asustado, no se sabía lo que estaba pasando”, explicó sobre el lugar que actualmente opera de viernes a domingo de 10:00 a.m. a 6:00 p.m.

“Gracias a Dios que tenía la finca e iba a darle mantenimiento, pero uno solo es imposible. Lo que hice fue hacer unas siembritas pequeñas pa’ mantener producción porque el girasol es algo que hay que sembrarlo semanal. Si uno quiere mantener producción continua. Al cabo de los dos meses, que es lo que se tarda la planta en florecer, entonces van abriendo así escalonado mientras vas sembrando”, agregó.

Asimismo, expuso que se ha hecho cuesta arriba mantener la producción de la imponente flor, cuya siembra es pequeña, pero cuenta con el auge del turismo interno y externo.

“Hemos tratado de mantener consistencia en producción de girasoles con flor de corte y dando el servicio de recibir visitas. Es una siembra familiar a pequeña escala, pero tratamos de mantener unas siembritas allí para que la gente pueda ir a tomarse fotitos y para cumplir con unos compromisos de una ruta de entrega que ha ido estableciendo a través del tiempo”, destacó.

Sin embargo, la operación se trastocó con las emergencias naturales y, “lo que se hacía con 10 empleados ahora se hace con tres”.

“Para septiembre de 2020 cuando se acabó la primera ronda de desempleo, se empezó a abrir menos días… sábado y domingo, y, ahora mismo estamos de viernes a lunes. Antes de la pandemia y los terremotos se recibía público los siete días, pero había más personal y estábamos organizados, pero después de la pandemia, hubo que hacer unos ajustes operacionales, cerrar de martes a jueves”, destacó el dueño de la finca cuya operación inició hace cerca de una década.

“Primero, hubo empleados que cogieron el desempleo y que tenían preocupaciones en las casas porque tenían los nenes chiquitos y tenían la salud comprometida y no querían (regresar a trabajar) y yo los comprendo perfectamente. Hubo otros que simple y sencillamente les gustó el dulce y no querían soltarlo… ahora mismo hay unos que no lo han soltado. Pero todavía hay quienes no han podido trabajar y correr el negocio como quisieran”, reveló.

Admitió que, para empezar, requiere al menos cinco empleados adicionales ya que el movimiento de visitas no es el mismo de hace unos años.

“La realidad antes de la pandemia no es la misma que ahora porque todavía hay quienes no han podido trabajar porque eran choferes que traían estudiantes y turistas. Pero esos tres días que se mantiene cerrado me dan espacio para trabajar el cultivo de la finca porque hay menos empleados. Pero no ha sido fácil”, sostuvo.

“Necesito empleados para el área de servicio al cliente y ventas, y para la brigada de cultivos, y estoy haciendo publicaciones en la página de Facebook, pero, la gente no está llegando. Necesito por lo menos cinco empleados, porque acuérdese porque esa parte del negocio de reclutamiento y adiestramiento nunca acaba, es continua, pero ha sido bien difícil porque antes usualmente la gente llegada (a solicitar empleo)”, acotó.

El horticultor aclaró que los interesados no necesitan experiencia agrícola sino los deseos de trabajar y de aprender.

“No necesitan tener experiencia sino ganas y deseos de trabajar. Es cuestión de servicio, recibir las visitas y los de la brigada de cultivo muchas veces son tareas básicas como desyerbo, desganche, mantenimiento de áreas verdes, siembra… son cosas sencillas. Lo que tienen que hacer es tener ganas de hacerlas”, reiteró.

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