El Comité de Expertos y Asesores sobre el Cambio Climático (CEACC) ha recomendado un segundo bloque de cursos de acción para enfrentar los efectos que la emergencia climática puede tener sobre nuestra seguridad hídrica, si no actuamos con la premura que amerita. El llamado a modificar el consumo de agua, proteger y conservar ese recurso vital se extiende a todos los sectores, desde las tres ramas del gobierno estatal, los ayuntamientos, el sector privado y los ciudadanos.

El grupo de peritos presentó 57 recomendaciones centradas en prevenir que el agua potable escasee en nuestra isla, según avanzan los efectos de las alzas en temperaturas y en el nivel del mar, así como los cambios en los patrones de lluvia que ya se sienten en Puerto Rico. El año pasado, el CEACC dio a conocer otras 103 recomendaciones relacionadas con el manejo y protección de la zona costanera. En respuesta, el gobierno solicitó a las agencias diseñar planes de acción sobre 87 de estas y aún se evalúan las restantes, confirmó el miércoles el Comité.

En el caso de la mayoría de las nuevas recomendaciones relacionadas con el agua, el CEACC ha dicho que implementarlas depende sobre todo de voluntad. Es importante entender los riesgos y las oportunidades de mitigarlos y adaptarnos.

Entre las manifestaciones del cambio climático que inciden sobre la disponibilidad del agua potable, los expertos mencionan el aumento en el nivel del mar que, entre otros efectos, provoca la entrada de agua de mar a los acuíferos. También, el alza en la temperatura que intensifica los riesgos de sequía y provoca mayor demanda de agua para hidratarnos y para mantener los sistemas de enfriamiento de hogares y oficinas, entre otras repercusiones. Asimismo, los cambios en los patrones de lluvia anticipan sequías más frecuentes y prolongadas, pero también lluvias torrenciales y los riesgos de erosión y sedimentación de embalses.

Las acciones propuestas están agrupadas en 11 áreas de interés. Estas áreas son: control de pérdida de agua; conservación; captación y aprovechamiento del agua de lluvia; reúso de aguas usadas tratadas; protección de acuíferos; manejo de sequías; manejo del recurso agua; control de la sedimentación; control de inundaciones; educación y participación ciudadana. Otra recomendación es revisar el marco legal vigente relacionado con el recurso hídrico para identificar si contienen las métricas incluidas en la Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico (Ley 33 del 2019).

La mayoría de las acciones pueden llevarse a cabo a distintas escalas; a nivel de país, regiones, municipios, comunidades y hogares. El control de pérdida de agua a gran escala es una tarea fundamental de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, que pierde alrededor del 60% del agua potable que produce. Además, según el CEACC, la misma cantidad de agua se pierde en los canales de riego de la Autoridad de Energía Eléctrica. No obstante, desde nuestros distintos espacios de acción, el resto del país tiene el deber de hacer lo que esté a su alcance para concienciar y evitar la pérdida de agua.

Por otro lado, algunas acciones atienden más de un área de interés. Por ejemplo, establecer un programa de dragado de mantenimiento en los embalses cumple el doble propósito de ayudar a manejar las sequías y controlar la sedimentación que reduce la capacidad de almacenamiento de agua.

El país está llamado a conocer las recomendaciones del CEACC y hacer lo que corresponda para proteger nuestros recursos. La crisis climática es un desafío trascendental para las generaciones presentes. Responder exige diligencia. Al menos Puerto Rico cuenta ahora con una política pública – creadora del CEACC – para hacer frente a un problema sobre el que no había acción coordinada desde el Estado. Hay propuestas específicas y se diseñan planes de acción. Por tratarse de un proceso gradual, cuanto antes se implementen, mejor. Actuemos en colaboración todos los sectores de la sociedad.

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