Ante pronósticos de que la llegada de grandes cantidades de sargazo a las costas de la isla será cada vez más frecuente, urge desarrollar iniciativas no solo para evitar efectos adversos en el ecosistema marino, sino también para sacarle provecho económico a estas masas de algas.
El oceanógrafo Jorge Bauzá lo tiene muy claro, y por eso pide al gobierno y a las comunidades que, de la mano de la academia y organizaciones científicas, hallen soluciones beneficiosas.
“Mi tesis es convertir este problema en un recurso”, dijo Bauzá a El Nuevo Día.
A su juicio, la “alternativa más viable” es utilizar el sargazo como fertilizante, pues contiene nutrientes como nitrógeno y potasio. Además, tiene una consistencia idónea para acondicionar y airear el terreno, ya que ayuda a retener humedad.
Según Bauzá, para evitar los problemas en las playas, “lo ideal” sería detectar y recoger el sargazo antes de que llegue a la orilla. Para eso, se utilizarían colectores o verjas flotantes, colocadas a 50 metros de la orilla.
Luego, el sargazo sería transportado por embarcaciones a las estaciones de secado y procesamiento: lavado (para quitar la sal) y pulverización.
“El problema si el sargazo se recoge en la playa con equipo pesado es que se pierde gran cantidad de arena y puede afectar los nidos de tortugas marinas. Mi recomendación es desarrollar un programa de manejo y control de sargazo, disponiendo que lo más recomendado es contenerlo antes de que llegue a la orilla”, recalcó el oceanógrafo.
LEA LA NOTICIA EN ElNuevoDia.com