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Vista pública sobre cenizas reaviva la indignación entre ecologistas

activista ambiental José Manuel Díaz

Muchos esperaban que durante el encuentro se aclararan dudas y se profundizara en el grado de contaminación de las aguas subterráneas que discurren bajo la colosal montaña de cenizas de carbón de la planta de AES en Guayama.

No obstante, lejos de eso, la reciente vista pública de la Comisión de Salud Ambiental y Recursos Naturales del Senado provocó malestar entre líderes de colectivos ambientales, quienes criticaron las vanas justificaciones del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) e, incluso, cuestionaron la seriedad de la investigación legislativa.

La vista celebrada en el Capitolio el pasado 29 de octubre, con escasa participación de senadores y deponentes, se efectuó en respuesta a una resolución senatorial que ordena investigar los hallazgos del Informe Anual de Monitoreo de Aguas Subterráneas de AES Puerto Rico y el reciente transporte de cenizas de carbón al estado de la Florida.

Entre quienes criticaron el proceso figuró el portavoz del Campamento contra las Cenizas, José Manuel Díaz Pérez, quien acusó al DRNA de minimizar los hallazgos de contaminación en Guayama para defender los intereses de AES Puerto Rico.

“Esto demuestra la irresponsabilidad total que hay en el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales. ¿Cómo es posible que ellos mismos reconocen que hay presencia de sustancias venenosas en las aguas subterráneas, pero todo su discurso está dirigido a liberar de responsabilidad a AES?”, cuestionó.

“El mero hecho de que ellos acepten de que sí se han detectado sustancias venenosas y cancerígenas en el agua es más que preocupante, porque se supone que eso no exista. Se supone que eso no esté pasando”, añadió.

Díaz Pérez además rechazó de plano que la contaminación detectada sea producto de otras industrias ya desaparecidas en la zona, como han argumentado tanto AES como la secretaria del DRNA, Tania Vázquez Rivera.

“Hubo un programa de superfondo en esa área, del que se extraían del subsuelo unos contaminantes volátiles orgánicos que para nada se parecen a las substancias que se encontraron en este estudio, como arsénico, boro, cadmio y molibdeno”, argumentó Díaz Pérez.

“Es una movida mezquina del DRNA tratar de halar por los pelos la insinuación de que esos contaminantes también pudieron llegar al lugar por parte de otras industrias, cuando en análisis previos del superfondo no se detectaron esos contaminantes”, abundó.

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