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Recuperando las raíces

El pasado 28 de febrero Mirjam Kuzee, directora del Programa de Resiliencia Costera de National Fish and Wildlife Foundation (NFWF), visitó la Reserva Natural Hacienda La Esperanza para evaluar los resultados de uno de los primeros proyectos de Para la Naturaleza financiados por NFWF, Reforestación y Mejoramiento del Hábitat de Hacienda La Esperanza. Mirjam estuvo acompañada por Carlos Torres, Director del Proyecto y Superintendente de la Región Occidental, Alcides Morales, Director de Campo del Proyecto, y Kathy Rodríguez, Administradora de Subvenciones.  El grupo visitó partes de la Reserva beneficiadas por las actividades de este proyecto, incluyendo bosques costeros, rivereños y humedales.  Durante el transcurso de cuatro años, el proyecto pudo sembrar más de 55,000 árboles en las tres zonas mencionadas, con el apoyo de voluntarios y la comunidad.

Uno de los principales logros alcanzados por este proyecto fue la restauración de la cubierta forestal en un paisaje que tiene 200 años de historia de deforestación. Gran parte de estas tierras del valle aluvial se deforestaron totalmente para cultivar caña de azúcar en el siglo XIX. Estas zonas costeras también se vieron afectadas por grandes fenómenos meteorológicos que provocaron vientos huracanados y grandes mareas de tempestad que causaron inundaciones desde el Río Grande de Manatí y el Océano Atlántico. Las orillas y riberas del arroyo mareal María Hernández estaban completamente desprovistas de cualquier tipo de cubierta forestal antes de la ejecución del proyecto en 2019. Actualmente, el mangle rojo (Rhizophora mangle) de 15 pies de altura, el mangle blanco (Aisenina germinans) y el cayur (Annona glabra) crecen en la zona de inundación intermareal, seguido por la transición al bosque de fondo aluvial con una combinación de jagüey blanco (Ficus citrifolia), ceiba (Citharexylon spinosum), maga (Thespesia grandiflora), naguabo (Terminalia buceras), corcho (Guapira fragrans), palma real (Roystonea borinquena), mangle botón (Conocarpus erectus) y ausubo (Manilkara bidentata). Estos bosques juveniles forman nueve kilómetros (aproximadamente 5.5 millas) de corredores, que unen numerosos hábitats y fragmentos de bosque que van desde el bosque cárstico, la llanura aluvial y humedales hasta el bosque costero y, en última instancia, la playa.

Otro de los beneficios obtenidos de estos esfuerzos de restauración fue la creación y mejoramiento de hábitat silvestre necesario para especies de interés, especialmente aves que incluyen especies endémicas, autóctonas y migratorias. Los estudios sobre aves realizados como parte de la fase de monitoreo del proyecto han detectado la presencia en las áreas restauradas de varias especies que merecen atención, como la reinita galana (Setophaga discolor), zumbador dorado (Anthracothorax aurulentus), el carrao (Aramus guarauna) y la calandria (Icterus portoricensis), ya que han sido identificadas como especies de interés para la conservación (US Fish & Wildlife 2021). Se han realizado además estudios de peces y cangrejos, y a su vez se han documentado varias especies de importancia recreativa y de aprovisionamiento, como el juey común (Cardisoma guanhumi) y el róbalo blanco (Centropomus undecimalis), que están siendo regulados comercialmente por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico. Un hallazgo inesperado fue una boa de Puerto Rico adulta (Chilabothrus inornatus) en el Caño San José, una serpiente endémica de la isla incluida en la lista federal y otra prueba de la importancia de estas siembras de restauración como corredores biológicos.

Después esta exitosa visita, tenemos la esperanza de continuar esta valiosa colaboración con la National Fish and Wildlife Foundation (NFWF) a través de futuras inversiones que podrían expandir el impacto de este proyecto. NFWF busca continuar invirtiendo en proyectos establecidos que han demostrado ser exitosos y beneficiosos para las comunidades costeras, como nuestra comunidad costera del norte en Hacienda La Esperanza. El equipo del proyecto está considerando presentar una propuesta de segunda fase al Programa de Resiliencia Costera de NFWF, y continuar fortaleciendo las zonas de amortiguamiento que protegen vidas, infraestructura y hábitats de vida silvestre.

Ayúdanos a proteger la naturaleza y los ecosistemas de las islas de Puerto Rico.

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